No solo el agua, petróleo y una serie de especies en peligro de extinción, son los recursos que se están agotando, existen otros con igual importancia pero que aún muchos desconocen.
Lo grave, es que la humanidad tiene una carrera contra el tiempo para revertirlo.
La arena no es un recurso inagotable. Es más, tarde miles de años en formarse a través de la erosión, pero la usamos sin discriminación.
De acuerdo a la Organización de Naciones Unidas, ONU, es uno de los materiales sólidos más explotados, junto con la grava, extrayendo diariamente 18 kilos por cada habitante del planeta.
Al año, se estima que la cifra llegue a 50 mil millones de toneladas, para la fabricación de concreto, asfalto, vidrio y construcciones en general.
Para revertir esa realidad, la entidad apunta a invertir en el monitoreo y medición de la producción de arena y su consumo.
En los últimos 150 años, la mitad de la capa superior del suelo del mundo se ha perdido y su recuperación, de forma natural, podría tardar hasta 500 años por solo una pulgada.
Las causas podrían ser la erosión, la intensa agricultura, deforestación y el calentamiento global.
El problema radica en que la capa superior es la más extensa y es de donde las plantas obtienen la mayoría de sus nutrientes.
Se estima que dentro de 30 a 50 años habrá una escasez del helio, el que no solo sirve para los globos sino para el uso médico.
Este gas permite enfriar los imanes para que funcionen los escáneres de resonancia magnética, necesario para los diagnósticos y el tratamiento del cáncer y las lesiones del cerebro y la médula espinal.
Estructura vital para el ADN humano y el fertilizando agrícola sin sustituto.
Las fuentes actuales del recurso durarán de 35 a 400 años, porque en vez de volver al suelo éste termina en el mar, al ser arrastrado por el alcantarillado.