Pese a la debacle y a distintas condenas internacionales, Nicolás Maduro juramentará el jueves, hasta el año 2025. El segundo período del Presidente venezolano coincide con la fractura del chavismo, que lleva 20 años en el poder.
La Revolución Bolivariana iniciará el 10 de enero su tercera década en el poder, cuando Nicolás Maduro inicie su segundo mandato, hasta 2025. El jueves el Presidente venezolano juramentará ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), tras ser electo con el 67,8% en mayo pasado, en unos comicios cuestionados por la comunidad internacional.
Sin embargo, lo anterior ocurre en un complejo escenario. Si en 2013 Maduro asumió con el recuerdo vivo de la muerte de Hugo Chávez y un importante apoyo ciudadano, hoy el escenario es completamente distinto. Venezuela está sumida en una de sus mayores crisis económicas y con múltiples críticas al revés que ha sufrido la democracia. De hecho, las funciones del Poder Legislativo fueron suspendidas por el gobierno en marzo de 2017.
Con los precios del petróleo muy lejos de sus valores históricos -alcanzó más de US$ 100 por barril entre 2008 y 2013- poco sostén quedó para un país en quiebra. Con una hiperinflación que ya superó los 2.000.000% y que según el FMI escalará hasta los 10.000.000% este año, la escasez se transformó en una realidad permanente en Venezuela.
Con Maduro en el Palacio de Miraflores, el crecimiento económico pasó de 1,3% en 2013 (el año en que asumió) a -18% en 2018, de acuerdo con las mismas cifras del FMI. Ni promesas, ni reformas, ni aumentos de sueldos y menos procesos de reconversión monetaria -como cuando le quitaron cinco ceros al bolívar en agosto del año pasado- fueron suficientes para reactivar la economía.
Afligidos por la escasez, la falta de trabajo y la desesperanza generalizada, la diáspora venezolana va en aumento. Organismos con Naciones Unidas calculan que a fines de 2019 cerca de 5,4 millones de venezolanos vivirán fuera del país, es decir, dos millones más que los que actualmente se encuentran fuera. Se estima que día a día 5.000 ciudadanos dejan el territorio venezolano en busca de mejores oportunidades.
La falta de medicamentos y alimentos, ha provocado dramáticas escenas en los hospitales, desnutrición y enfermedades entre quienes, según distintos reportes, se ven obligados a comer de la basura, comercializar su cabello e incluso vender leche materna para poder subsistir.
Los comicios que agrupaciones como el Grupo de Lima, la OEA, la Unión Europea y otros critican, son los mismos que evidenciaron una importante pérdida de poder del chavismo. Porque si bien Maduro se proclamó como el gran triunfador, aquel primer lugar lo consiguió con 6,2 millones de votos de un total de 20,5 millones que componen el padrón. La abstención fue histórica y alcanzó un 54%. En contraste, el propio Maduro ganó las elecciones en 2013 con 7,5 millones, mientras que los últimos comicios en los que participó Chávez se impuso con 8,1 millones de votos.
Pero las divisiones se han manifestado también en otros aspectos. Con la ahora exfiscal nacional y exchavista, Luisa Ortega en el exilio, el gobierno ha debido enfrentar a una de las voces más críticas de sus propias sus filas. Otros colaboradores han optados por medidas similares, como lo ocurrido el domingo, cuando el mismo magistrado que lideró la impugnación contra los parlamentarios de la Asamblea Nacional, Christian Zerpa, desertó para fugarse a EE.UU.
Si a mayo pasado más de 200 detenciones de militares agitaron las aguas por supuesta traición, y con un presunto intento de atentado contra Maduro en agosto, las dudas sobre la fidelidad de las filas de las FF.AA con el chavismo también van en aumento. Tanto la comunidad internacional como los líderes de oposición han insistido en la importancia del rol del Ejército para una futura transición en ese país. El llamado a la intervención se ha palpado desde varios sectores, incluso el nuevo líder de la AN, Juan Guaidó, señaló que deben “tomar el control”.
Actualmente dividida, la oposición no ha conseguido tras varios triunfos electorales y dos períodos de protestas (en 2014 y 2017), articular una fuerza común para remover al chavismo. Con la MUD extinta y un intento de Frente Amplio que busca aglutinar al antichavismo, entre sus filas cuenta con varios líderes en el exilio, otros en la cárcel y otros fallecidos. Así, una nueva AN de mayoría opositora busca debutar hoy en su primera sesión ordinaria del año, con Guaidó a la cabeza. La propuesta apunta a crear un gobierno de transición con una hoja de ruta que intentará crear las condiciones para que eso finalmente ocurra.