En medio de la crisis que enfrenta su gobierno por el Brexit, la primera ministra británica, Theresa May, logró contener ayer la cadena de renuncias gatillada luego de la publicación del proyecto de acuerdo de divorcio entre Londres y Bruselas, al conseguir el respaldo de algunos de los miembros más euroescépticos de su gabinete. Eso sí, no se ha librado de las amenazas respecto de su liderazgo.
El ministro de Medio Ambiente, Michael Gove, expresó su apoyo a May después de insistentes rumores sobre su posible dimisión, mientras que el titular de Comercio Internacional, Liam Fox, uno de los más fervientes partidarios de un Brexit duro en el Ejecutivo, aseguró que la premier tiene su “total confianza”. May, por su parte, sustituyó a su dimitido ministro del Brexit, Dominic Raab, con un abogado experto en seguros y servicios financieros: Stephen Barclay.
Pese a la aparente calma de ayer, el panorama es incierto. A continuación los posibles escenarios que se abren para el gobierno británico:
El martes podría convertirse en el “Día D” para Theresa May. En esa jornada podría comenzar el procedimiento de votación en el Partido Conservador sobre la moción de censura al liderazgo de la primera ministra. Según la cadena BBC, 21 diputados han señalado que enviaron una petición para someter a May a un voto de confianza. Sin embargo, para que esto se lleva a cabo se necesita el apoyo de 48 parlamentarios. En caso de que sea sometida a un voto de censura, necesita 158 votos del Parlamento para mantenerse como premier y así seguir adelante con el plan del Brexit. Si Theresa May pierde se debe elegir a un nuevo jefe de gobierno.
El acuerdo sobre el Brexit debe ser sometido a una votación formal en el Parlamento, que se piensa puede llevarse a cabo a comienzos de diciembre. Para esto necesita la aprobación de 320 diputados, algo que por ahora se ve muy difícil. Esto porque, según The Guardian, los laboristas, el Partido Nacional Escocés, el Partido Unionista Democrático y 51 conservadores ya han señalado que no aprobarán el proyecto de acuerdo. En caso de una derrota, May tiene 21 días para presentar un nuevo plan, un panorama complejo considerando que la fecha de salida es el 29 de marzo de 2019.
Una de las opciones es pedirle al Consejo Europeo que extienda el artículo 50 del Tratado de Lisboa, lo que le dará más tiempo para las maniobras políticas y que el Parlamento apruebe el proyecto de acuerdo con la UE. Aunque no es seguro que Bruselas le otorgue más tiempo. En todo caso, el Tribunal de Justicia de la UE está estudiando si sería legal que en algún momento Reino Unido retirase unilateralmente la activación del Artículo 50.
Theresa May ha descartado realizar un segundo referendo por el Brexit. Sin embargo, existen organizaciones e incluso expremieres que piden que se repita. Para que esto ocurra, explica The Financial Times, el proyecto de acuerdo debe fracasar cuando se vote en el Parlamento. Y ambos partidos mayoritarios, los conservadores y laboristas, deben pedir una segunda consulta. Luego, tienen que pedirle a la UE que extienda considerablemente el plazo de salida. Un 59% de los británicos está de acuerdo con realizar un segundo referendo, según YouGov y un 54% votaría por quedarse y un 46% por irse.
Ante las críticas que ha recibido, May podría renegociar el acuerdo con la UE. Esto molestaría tanto a Bruselas como a los conservadores, quienes lo verían como una humillación. Muchos brexistas, como Boris Johnson, les gustaría que Londres adoptara el estilo de Noruega o Canadá en su relación con el bloque. Si se renegocia, May quedaría debilitada y se podría cuestionar su liderazgo.