Jair Bolsonaro es electo presidente de Brasil con un 55%
28 de Octubre 2018 | Publicado por: La Tercera
Ya lo había anunciado a primera hora del día, cuando entre escaramuzas con la prensa llegó a votar a las 9.20 a la Escuela Municipal Rosa da Fonseca, en la Villa Militar, zona oeste de Río de Janeiro. Aclamado por adherentes, a los gritos de “mito” y “Presidente”, Jair Bolsonaro fue consultado sobre su expectativa de la segunda vuelta presidencial y su respuesta fue categórica: “Lo que he visto en las calles a lo largo de los últimos meses: victoria”. Y tal como lo habían mostrado las encuestas, en una tendencia que se hizo más evidente tras el ataque con cuchillo que sufrió en septiembre en Minas Gerais, el candidato ultraderechista del Partido Social Liberal (PSL) se impuso por gran margen a su rival del Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad.
Escrutado el 99,7% de los votos, Bolsonaro logró un 55,1% (57,7 millones de sufragios), mientras que su rival petista obtuvo un 44,8% (46,8 millones de votos). En porcentaje, el excapitán de Ejército de 63 años les ganó a todos los Presidentes de Brasil desde 1989 en adelante, excepto a los del PT: Lula (61% en 2002 y 60% en 2006) y Dilma Rousseff (56% en 2010). Además será el primer exmilitar en llegar a la Presidencia a través de los votos desde 1945.
No fue necesario esperar a que cerraran las urnas (a las 17.00) para que los bolsonaristas comenzaran los festejos. Ya durante la votación del excapitán de Ejército en la Villa Militar se escucharon bombas de ruido celebrando la presencia del candidato en el lugar. Apostados frente al colegio, sus partidarios -muchos de ellos vistiendo poleras con el rostro de Bolsonaro- corrieron para intentar tocarlo (algo casi imposible debido al gran contingente de seguridad desplegado), mientras gritaban “fuera el PT”.
Una vez conocidos los resultados se desató un carnaval bolsonarista en las más importantes ciudades del país. A través de Facebook y desde un escritorio con una Biblia, la Constitución de Brasil y un texto de Winston Churchill, Bolsonaro se comprometió a “rescatar” a Brasil. “Colocaremos de pie a la nación brasileña. Hago de ustedes mis testigos de que este gobierno será un defensor de la Constitución, de la democracia y de la libertad. Eso es una promesa, no de un partido, no es la palabra vana de un hombre, es un juramento a Dios”. Además lanzó: “No podíamos seguir flirteando más con el socialismo, el comunismo, el populismo y el extremismo de la izquierda”.
El triunfo de Bolsonaro es uno de los más contundentes de las últimas décadas en Brasil y se suma a una ola de victorias electorales de la derecha en la región.
Poco después Haddad se dirigió a sus partidarios, aunque no mencionó a Bolsonaro ni lo felicitó. “Tenemos el compromiso con la prosperidad del país y en mantener nuestra democracia. No aceptar amenazas. No aceptar las provocaciones. Recordando nuestro himno nacional: verás que un profesor no huye a la lucha”.
Ajenos a las justificaciones de los vencidos, frente a la residencia de Bolsonaro en Barra de Tijuca, Río de Janeiro, sus partidarios celebraron desde temprano. Los mismo que los vendedores ambulantes, que vendían como pan caliente poleras con la imagen de candidato a 30 reales (unos 5.600 pesos chilenos). Poleras verdeamarelas con la leyenda “Mi partido es Brasil” también coloreaban la avenida Lúcio Costa. Pero también se observaron en el lugar los primeros desbordes de algunos bolsonaristas. Un vehículo con el logo de la cadena de televisión O Globo fue rodeado por manifestantes en medio de golpes e insultos.
Y en Brasilia el deslenguado compañero de fórmula de Bolsonaro, el general retirado Hamilton Mourão, dio señales de las primeras medidas del nuevo Ejecutivo, que asumirá el 1 de enero. Tras votar en un colegio en el sector militar de la capital, el futuro vicepresidente dijo que un ajuste en la economía y la reforma previsional estarían entre las prioridades. “Creo que la reforma previsional es fundamental”, respondió.
“Mañana (hoy) es día de caer en la realidad (…) Tendrá que anunciar reformas duras o va a mantener el país en la crisis insoportable”, escribió al respecto el columnista del diario Folha de Sao Paulo, Vinicius Torres Freire. “Puede ser que Bolsonaro procure aprobar tanto reformas económicas como leyes que faciliten el armamento civil, el encarcelamiento de criminales juveniles y el enfrentamiento policial armado. Parece ser su plan. Queda por saber si tendrá bastantes recursos políticos, que también son escasos”, se preguntó.
Pero Mourão reafirmó que Bolsonaro ya cuenta con una base de apoyo de 300 diputados y que la idea es aprovechar la luna de miel para “clavar clavos”, aprobar las medidas necesarias en la economía y en el área de seguridad.
Según el general retirado, el plazo es corto: “Vamos a tener el apoyo de una bancada de más de 300 diputados sintonizados con nosotros desde el principio. Es una cosa independiente de los partidos. Es un apoyo casi personal. Entonces vamos a tener que aprovechar ese comienzo: la luna de miel para clavar clavos”.
Y consultado sobre la posibilidad de que el mercado financiero no le dé un tiempo tan largo como una luna de miel al nuevo gobierno, Mourão bromeó: “La luna de miel de pobre dura poco”. Habrá que ver a partir de enero, cuando empieza la era de “mito”, la era de Bolsonaro.