A ocho días de la desaparición del submarino ARA San Juan, el vocero de la Armada argentina, el capitán Enrique Balbi, aseguró que hoy el Gobierno recibió un informe a través de un embajador argentino en Austria de que “hubo un evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión” en la zona que se tuvo último contacto con el navío.

Balbi precisó que la información “coincide” con el dato aportado ayer sobre el registro de un “ruido” a 30 millas de la última localicación del submarino.

Y es que anoche tras el hallazgo de la “anomalía hidroacústica” obligó el envío de busques para verificar si en la zona se encontraba el ARA San Juan.

“No sabemos la causa que produjo en ese lugar, en esa fecha, un evento de estas características”, precisó el vocero. “En consecuencia, seguiremos buscando hasta tener evidencia concreta de dónde está el submarino y nuestros 44 tripulantes”, agregó Balbi.

Respecto al parte entregado anoche, se detalló que “fue informada como anomalía hidroacústica. Fue un ruido a eso de las once de la mañana del miércoles (15 de noviembre), casi tres horas después de la última comunicación, a 30 millas al norte de donde estaban en ese contacto y en la misma línea de navegación a Mar del Plata”.

Esto llevó a que expertos entregaran sus hipótesis. El medio argentino La Nación conversó con veteranos navegantes, quienes explicaron que el sonido inesperado y suficientemente potente como para haber sido escuchado en la superficie, sería compatible con una explosión dentro del ARA San Juan.

Sin embargo, estas teorías no han sido confirmadas, pero hay quienes sostienen que la detonación sería la causa de la pérdida de contacto con el submarino. Una de las más verosímiles sería que la explosión se produjo por un cortocircuito en el bloque de 960 baterías que dan energía al ARA San Juan.

“Ese cortocircuito habría generado un arco voltaico entre las baterías y el casco de la nave. Algo así como un relámpago en un recinto cerrado, un relámpago imparable. De haber ocurrido eso, la onda expansiva podría haber tenido consecuencias letales dentro de la nave, aun cuando no hubiese puesto necesariamente en riesgo de colapso el barco”, explicó La Nación.

El submarino desapareció el miércoles de la semana pasada luego de reportar una avería, sin indicios si está sumergido en el Atlántico en fase crítica de oxígeno para sus 44 tripulantes o a flota a la deriva en alta mar.

Aeronaves y buques de 13 países lo buscan en un área de casi 500.000 km2. No hay comunicaciones con el sumergible ni tampoco hubo señales de pedidos de socorro.