La “ciudad de la furia” despertó este lunes sin agitaciones a la vista, aunque muchos digerían en silencio la derrota luego de que las elecciones legislativas del domingo le dieran un contundente respaldo al Presidente Mauricio Macri. El gobierno aumentó en cuatro puntos su apoyo respecto de las primarias de agosto y se impuso en 12 de las 23 provincias del país -además de la Ciudad de Buenos Aires-, por lo que logró ampliar sus bancas en el Congreso. Y de paso le propinó un durísimo golpe al peronismo en provincias clave, además de la histórica derrota de Cristina Kirchner en la provincia de Buenos Aires frente al oficialista Esteban Bullrich, aunque de todos modos la ex Presidenta aseguró un cupo en el Senado.
Prácticamente todos los programas de televisión y la prensa argentina destacó el amplio respaldo que obtuvo el gobierno en las urnas. En las calles de la capital, era extraño no escuchar a transeúntes comentando los resultados de las elecciones y la amarga derrota de Cristina K.
A eso de las 09:00 la atención giró hacia la Casa Rosada, donde Macri realizó una conferencia de prensa. Allí, justo después de que se anunciara un aumento de hasta un 10% en el precio de los combustibles, el mandatario señaló que “no hay que tenerle miedo a las reformas” (fiscal, educación, previsional y laboral) ya que éstas “representan la posibilidad de crecer”. Además, anunció que llevaría a cabo un gran acuerdo nacional para avanzar con las reformas que pretende implementar en los próximos dos años de gobierno.
Según la prensa local, el encuentro será la semana que viene e incluirá a gobernadores, senadores, diputados, sindicatos, la justicia y los intendentes. De acuerdo a La Nación, este sería una suerte de “Pacto de la Moncloa”, firmado en España en 1977 para estabilizar al país después de Franco.
En la Cámara Baja, de 257 bancas y con un quórum de 129, el macrismo tendrá 107 bancas, pero ahora podrá negociar con el llamado “peronismo disidente” de Sergio Massa, que tiene 22 asientos. En el Senado, Cambiemos tendrá 24 curules de un total de 72.
A juicio del columnista de Clarín, Julio Blanck, Macri va a seguir buscando respaldo “del peronismo para conseguir la mayoría que necesita en el Congreso. No tiene mayoría, pero llegar a acuerdos con la oposición le va a salir mucho más barato que antes”. Esto, debido, también, a la división que existe en el peronismo. “El liderazgo de Cristina sobre el conjunto del peronismo se terminó el domingo. Para el peronismo la etapa de Cristina está terminada”, comentó Blanck a La Tercera.
A su vez, el analista político Rosendo Fraga señaló a este diario que Macri negociará desde una “posición de fortaleza”. Ocurre que el peronismo enfrenta un complejo escenario, tras la tercera derrota electoral consecutiva con divisiones patentes: kichnerismo por un lado, el Partido Justicialista por otro, además de los peronistas disidentes. Todos debilitados.
A partir de ahora, el peronismo tiene un año para buscar una carta presidencial con miras a 2019. Y Cristina no aparecería en el horizonte. Los historiadores recalcan que el peronismo, partido de caudillos, perdona las traiciones, pero no a los perdedores.
Quien podría haberse transformado en una carta de unidad al interior del peronismo era el gobernador Juan Manuel Urtubey, pero su candidato perdió en Salta. El escenario es sumamente complejo para el peronismo, con Macri en la Casa Rosada, la provincia de Buenos Aires dominada por el macrismo y un electorado que estaría apostando por el “cambio” del Presidente.
“Cristina cree que es el referente y que quedó mejor posicionada para ponerse a liderar la oposición. Pero dentro del peronismo ha habido un sismo ya que muchos gobernadores que eran referentes perdieron”, señaló a La Tercera la directora de Consultora Analogías, Analía de Franco.
“Como cualquier fuerza política tiene que rearmarse para encontrar una propuesta de futuro para el que no apoya a Cambiemos”, concluye.