La oposición venezolana recibió el domingo uno de los golpes más duros de los últimos años. El gobierno del Presidente Nicolás Maduro, cuya gestión sólo alcanza el 23% de aprobación, logró hacerse con el control de al menos 17 de las 23 gobernaciones en disputa.
La alianza opositora de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en cambio, sólo logró aumentar de dos a cinco su liderazgo en las provincias. Ninguna encuesta pudo prever que el chavismo, hundido en las encuestas y apuntado como el principal causante de una de las peores crisis económicas de la historia del país, lograra una victoria que fue calificada por el mismo Maduro como “arrasadora”. “El chavismo está vivo”, aseguró incluso el domingo el mandatario venezolano.
Estas son algunas de las dudas e interrogantes que dejan los resultados de una jornada clave para el futuro de Venezuela.
* Error total de las encuestas
La derrota de la MUD llegó con absoluta sorpresa. Los resultados de los comicios no coincidieron con ninguno de los sondeos que distintas encuestadoras llevaron a cabo semanas y meses antes de la cita electoral. Algunas encuestas auguraban un triunfo de la oposición en 18 gobernaciones.
En el peor de los casos, otras preveían que su liderazgo se impondría en al menos 11 de ellas. Pero ninguna logró predecir que el oficialismo de Maduro -vapuleado por la comunidad internacional y criticada por una ciudadanía hastiada por la escasez de alimentos y medicinas- lograra una victoria tan amplia.
* La participación
Una de las mayores preocupaciones de la oposición durante las últimas semanas de campaña fue que muchos electores se abstuvieran de los comicios. El temor era que se convirtiera en uno de los principales factores que pudieran perjudicarlos en los resultados.
Finalmente, la participación estuvo dentro de los márgenes aceptados por la MUD, que preveía con optimismo que un 60% acudiría a las urnas. Un 61% participó el domingo de las regionales. Los estados con mayor abstención fueron Zulia (43%) que quedó en manos de la oposición, Miranda (41%) y Carabobo (40%), ambas ahora en poder del oficialismo.
“Todas las proyecciones sugerían que a medida que aumentara la participación, las opciones de triunfo de la oposición iban a mejorar, entendiendo que quién se estaba absteniendo era mayoritariamente opositor. Que el chavismo gane 17 gobernaciones con una alta participación sí llama muchísimo la atención”, comentó a La Tercera el experto electoral venezolano Eugenio Martínez.
* El fantasma del fraude
La oposición venezolana denunció ayer masivas trampas e irregularidades por parte del gobierno durante las elecciones regionales, pero no aportó pruebas de una supuesta manipulación de los votos. El órgano electoral de ese país, el Consejo Nacional Electoral (CNE), ha sido apuntado como responsable de obstaculizar y atrasar varios procesos electorales en el pasado, pero su credibilidad se terminó de quebrar tras las elecciones de los diputados de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), luego que Smartmatic, la empresa que proveía el sistema de votación electrónica, denunciara que las autoridades venezolanas habían dado resultados de participación falsos.
Los analistas estiman que este factor determinará el rumbo que tomará tanto la oposición, como gobierno, en los próximos días. Los resultados también refuerzan los supuestos de una facción más radical del oficialismo que se negó a participar en las elecciones regionales argumentando que el órgano electoral, al que acusan de ser aliado del gobierno, no es de fiar.
* La salida a la crisis
Para la oposición, obtener un amplio liderazgo en las gobernaciones era clave para encaminarse con fortaleza hacia las elecciones presidenciales que se realizarán en diciembre del próximo año. Pero la derrota los deja en un escenario complejo.
Aunque aún se desconocen los resultados finales en Bolívar, el gobierno perdió cinco provincias: Anzoátegui, Mérida, Táchira, Nueva Esparta y Zulia. Pero hasta el momento controla el 75% de las gobernaciones. La oposición además perdió Miranda, uno de los estados más importantes del país. La derrota supone un duro golpe si se toma en cuenta que la provincia, hasta el momento liderada por el ex candidato presidencial y líder opositor Henrique Capriles Radonski, quedó en manos de uno de los hombres fuertes del gobierno, Héctor Rodríguez.
* Futuro de la Constituyente
Tras la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente, un órgano plenipotenciario y que fue elegido a fines de julio sin contar con la participación de la oposición, el Presidente Nicolás Maduro ha tenido que luchar con los críticos internos, que se oponen a su medida y con los externos, que no reconocen como válida esa instancia.
Buscando legitimidad, el mandatario convirtió estos comicios en una suerte de validación a su Constituyente, argumentando que quienes votaran estarían apoyando su iniciativa. La jugada fue tomada como una forma de desincentivar la participación pero ahora tomó un nuevo impulso y es incierto cómo podría fortalecerse la ANC tras los comicios. Su presidenta, Delcy Rodríguez, anunció ayer que este suprapoder juramentará hoy a los gobernadores regionales declarados vencedores en los comicios.
* Sanciones internacionales
Tras la instalación de la Constituyente chavista, EE.UU. impuso sanciones económicas a Venezuela luego de haber realizado lo mismo con varios funcionarios de su gobierno. La administración de Donald Trump aseguró que nuevas medidas similares podrían aplicarse en el futuro.
También es el caso de la UE, que estudia sanciones al país por su represión contra la oposición. El canciller español, Alfonso Dastis, dijo ayer que el resultado de los comicios no afectará “la línea de acción” de la organización. Algunos analistas incluso aseguran que tras los comicios, las sanciones internacionales a Venezuela podrían aumentar considerablemente.
* El diálogo
Los comicios eran vistos como una oportunidad, tanto para la MUD como para el gobierno, de medir fuerzas ante la posibilidad de un posible diálogo con mediación internacional. Según los analistas, esa vía entró en un camino espinado tras los resultados electorales. “La vía de negociación política entre gobierno y oposición para rescatar equilibrios se rompe estrepitosamente”, opinó el analista Luis Vicente León, que prevé una mayor radicalización política del gobierno para “protegerse” y un fortalecimiento de un ala más dura de la oposición, que rechaza ir a las elecciones y busca mantenerse en las calles. La oposición anunció ayer que descarta un diálogo sin realizar antes una auditoría de los comicios. “El gobierno querrá insistir (en el diálogo), pero para la oposición no creo que sea posible o conveniente, políticamente”, aseguró a este medio la analista Elsa Cardozo.