Abrumados por el agravamiento de la crisis económica, los venezolanos votaron este domingo en unas elecciones regionales claves para el gobierno y la oposición, que medirían el estado de sus fuerzas tras enfrentarse violentamente durante cuatro meses en las calles. Pese a que los sondeos vaticinaban un dramático avance de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), el oficialismo finalmente ganó 17 de las 23 gobernaciones, esto es apenas tres menos de las que controlaba hasta ahora, según informó el Consejo Nacional Electoral (CNE). Ante este escenario, la oposición expresó “serias dudas” sobre el reporte.
De acuerdo con el CNE, los candidatos de la oposición ganaron en cinco estados (dos más de los que controlaban), mientras que los resultados de la región restante, el estado de Bolívar, no se hicieron públicos de inmediato por la ajustada diferencia de votos entre los dos contendientes. Sin embargo, el Presidente Nicolás Maduro dijo que era muy probable que se lo adjudicara el oficialismo.
La oposición conquistó las gobernaciones de Anzoátegui, Mérida, Nueva Esparta, Táchira y Zulia, de acuerdo con la información del CNE, al tiempo que claudicó en Miranda, Lara y Amazonas, que previamente estaban bajo su poder. El resultado representa un duro revés para la MUD, que incluso no pudo retener la gobernación de Miranda, que en los pasados dos comicios controló el líder opositor y ex candidato presidencial Henrique Capriles.
Los resultados del CNE se conocieron cuatro horas más tarde del cierre de los centros de votación, previsto para las 18.00. “Con el 95,8% de transmisión de datos tenemos ya 22 estados en donde la tendencia es irreversible”, expresó la presidenta del organismo, Tibisay Lucena. La funcionaria también destacó la “gran participación inesperada” para una elección regional que se ubicó en el 61,14%.
Pero minutos antes, la MUD advirtió que sus actas no coincidían con lo que diría el CNE, dejando de manifiesto así las “serias sospechas” y “dudas” de la oposición respecto de los resultados entregados por el Poder Electoral. “Todo el nivel de participación que se vivió hoy (ayer) es muy distinto a esos resultados que van a ser anunciados, ya hemos alertado a la comunidad internacional”, dijo el jefe de campaña de la MUD, Gerardo Blyde.
Más tarde, Blyde informó que la MUD no reconocía los resultados dados por el CNE, no sólo por las “violaciones” de la ley electoral que se habrían cometido durante el proceso “con la aviesa intención de impedir que los venezolanos pudieran votar libremente”. “Ellos (el oficialismo) saben que no son mayoría, y el país y el mundo lo saben”, declaró.
La oposición llegaba supuestamente como favorita a estos comicios. Al menos, eso era lo que mostraba una encuesta de Datanálisis, según la cual el sector obtendría entre 18 y 21 gobernaciones. Incluso, minutos antes de que el CNE diera los resultados, dirigentes opositores informaban extraoficialmente por Twitter que ganarían 15 gobernaciones, mientras que el oficialismo alcanzaría a ocho.
Para Maduro se trató de una “victoria tajante”. “El chavismo arrasó en las elecciones, 17 gobernaciones por el pecho. La oposición lleva cinco”, declaró. Sin embargo, el mandatario reconoció que el chavismo “retomó el camino de la victoria en momentos muy difíciles”, según dijo en una declaración transmitida por la televisión estatal.
Ante las sospechas opositoras, el Mandatario anunció que la Asamblea Nacional Constituyente realizará una auditoría completa al proceso electoral. “Veamos si sacamos también esas cinco gobernaciones (que ganó la oposición)”, agregó.
Reforzando la postura del gobierno, Vladimir Padrino López, ministro de la Defensa, reconoció al CNE como órgano rector de las elecciones regionales. “Pedimos responsabilidad a quienes participan para que respeten los resultados y al CNE como árbitro y rector en esta materia”, dijo, flanqueado por varios militares más.
Buscando legitimidad nacional e internacional, según los analistas, Maduro convirtió estos comicios en una validación de su todopoderosa Asamblea Constituyente, desconocida por la oposición y países de América y Europa. “El que vote está votando por la Constituyente”, reiteró el mandatario. “El que no se juramente no toma su cargo y punto”, advirtió. Pero Blyde reiteró que los opositores no se juramentarán ante una Constituyente “fraudulenta”.
Además, y a diferencia de elecciones regionales previas, esta vez no se renovaron los Parlamentos locales, que son controlados en gran parte por el partido de Maduro. Así, los gobernadores de la oposición deberán ejercer con un Congreso estatal en contra, consignó Reuters.
Aunque la elección es regional, los resultados “tendrán efecto” en un posible diálogo -tímidamente reiniciado en septiembre en República Dominicana- y en la elección presidencial de fines de 2018, opinó el analista electoral Eugenio Martínez.
