La persecución a quien se cree fue el autor material del atentado en La Rambla, Barcelona, que dejó 13 muertos y más de 80 heridos, llegó a su fin. La policía catalana abatió este lunes a Younes Abouyaqoub, de 22 años, el yihadista que se había convertido en el hombre más buscado y que estaba desaparecido desde el jueves, después de haber recorrido casi 600 metros en una van blanca arrollando transeúntes en el corazón de la capital catalana.
Pasadas las 16:30, la policía confirmó que Abouyaqoub había muerto. El hecho ocurrió en la zona de Subirats, a 50 kilómetros de Barcelona y se produjo gracias a la llamada de una vecina que alertó de su presencia. El hombre, que vestía un chaleco de explosivos falso, gritó “Alá es grande” antes de que le dispararan.
El jueves, Abouyaqoub, de origen marroquí, embistió contra la multitud pero el airbag de la furgoneta que arrendó evitó que la cifra de víctimas fuera aún más alta. Los impactos que recibió el vehículo provocaron que la protección saltara automáticamente y se bloqueara el sistema eléctrico, lo que impidió que el joven siguiera su camino, de acuerdo a fuentes de la investigación citadas por el diario La Vanguardia.
Luego del ataque, Abouyaqoub caminó largo rato sin ser descubierto. Vestido con una polera a rayas, la misma que había utilizado el día anterior, abandonó la furgoneta, se puso anteojos de sol y cruzó el mercado de la Boquería. Allí se mezcló con la multitud que escapaba del ataque. El joven atravesó el mercado hasta la parte trasera y caminó hacia la zona alta de Barcelona. Según la prensa española, anduvo a paso ligero, aunque en algunas filmaciones de cámaras de seguridad también se le ve corriendo.
Abouyaqoub caminó por más de una hora, unos cinco kilómetros según El País, hasta la Zona Universitària, que acoge sedes de diferentes facultades. Allí se dirigió a un estacionamiento, donde se cruzó con el español Pau Pérez, de 34 años. El terrorista le robó el auto, lo apuñaló y lo empujo a la parte trasera, provocando su muerte. De acuerdo con La Vanguardia, desde el mercado de la Boquería hasta la Zona Universitària se tarda en llegar una hora y media caminando en línea recta. Seguramente el trayecto fue distinto, por lo que el yihadista tuvo tiempo para llegar hasta la zona sin que la policía se alertara.
En ese momento la operación de vigilancia de la ciudad estaba en marcha. Cuando el terrorista circuló con el vehículo de Pérez se calcula que había pasado una hora y media desde el ataque en La Rambla. A poco avanzar, Abouyaqoub se topó con un control policial. El joven aceleró y arrolló a uno de los funcionarios. A pesar de que le dispararon, pudo escapar y llegó al municipio San Just Desvern, donde abandonó el auto con Pérez adentro. Allí le perdieron la pista.
El yihadista nació en 1995 en Mrirt, Marruecos y llegó a España a los cuatro años. Vivió en Ripoll, provincia de Gerona, hasta que se radicalizó presuntamente tras las lecciones impartidas por el imán Abdelbaki es Satty, responsable de una de las dos comunidades musulmanas en Ripoll.
La policía confirmó que el imán murió el miércoles de la semana pasada presuntamente luego de manipular uno de los artefactos que explotó en la casa en Alcanar, Tarragona, en la que la célula yihadista, compuesta por al menos 12 personas, tramaba un gran atentado en Barcelona. La explosión en un principio fue tomada como accidente, pero luego se vinculó a los ataques.
Abouyaqoub tenía cuatro hermanos, uno de ellos, Houssaine, murió el mismo jueves en el tiroteo de Cambrils, tras el ataque que realizaron cinco terroristas en el que trataron de replicar la matanza de Barcelona. El hecho dejó a una mujer muerta, la víctima número 15 de la jornada.
El joven estudió en una escuela pública y era un “estudiante ejemplar”, uno de “los mejores”, según sus amigos citados por El País. Ellos señalaron que tenía dos pasiones: los autos y el fútbol.
Sin embargo, se radicalizó y se cree que el imán estuvo detrás. Se dice que Es Satty era cercano al salafismo. Además, de acuerdo con Europa Press, estuvo cuatro años en la cárcel por tráfico de drogas y habría tenido contacto con algunos de los detenidos del atentado del 11 de marzo de 2004 de Madrid.