Seúl y Washington aseguran que se trata de iniciativas defensivas, mientras que Pyongyang las considera como las pruebas de un inminente ataque en su contra. Se trata de los ejercicios militares conjuntos que EE.UU. y Corea del Sur iniciarán hoy, los mismos que China y Rusia piden sean suspendidos para reducir las tensiones con el régimen de Kim Jong Un.
El líder norcoreano no ha descartado definitivamente la posibilidad de atacar la isla de Guam, territorio estadounidense en el Pacífico, advirtiendo que tomará una “importante” decisión si Washington persiste en llevar a cabo sus “imprudentes y extremadamente peligrosas acciones”.
Las palabras atribuidas a Kim, según EFE, parecían apuntar a los ejercicios militares Ulchi-Freedom Guardian, que tropas surcoreanas y estadounidenses tienen previsto realizar entre hoy y el 31 de agosto y que el régimen norcoreano considera una provocación.
De hecho, la agencia de noticias de Corea del Norte, Kcna, dijo que estas maniobras militares “podrían derivar la situación de la península hacia la catástrofe”.
Pero el Pentágono aseguró que los ejercicios seguirán adelante como estaba planeado, y la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, subrayó que “no hay equivalencia posible” entre las pruebas nucleares y de misiles de Pyongyang y la “actividad legal” de las tropas de Washington y Seúl.
En la misma línea, Joseph Dunford, jefe del comando militar conjunto de EE.UU., dijo que los ejercicios “actualmente no están sobre la mesa como parte de una negociación, en ningún nivel”.
“Mi recomendación a nuestros líderes es que no cancelemos nuestros ejercicios. Las maniobras son muy importantes para mantener la capacidad de la alianza de defenderse”, señaló Dunford a periodistas en Beijing, luego de reunirse con sus contrapartes chinas.
En respuesta a las declaraciones de Dunford, Fan Changlong, vicepresidente de la Comisión Militar Central de China, dijo que Beijing “cree que el diálogo y las consultas son la única forma efectiva para resolver el problema de la Península (Coreana) y que los medios militares no pueden convertirse en una opción”.
Una postura similar a la expresada por Rusia, otro de los socios de Pyongyang.
“Desde mi humilde punto de vista, reducir los ejercicios -si es que no se cancelan del todo- ayudaría a rebajar las tensiones”, declaró el embajador ruso ante la ONU, Vasily Nebenzia.
Los ejercicios militares Ulchi-Freedom Guardian, que usan el nombre de un general que defendió el antiguo reino coreano frente a la invasión china, congregarán a 50.000 soldados surcoreanos y 17.500 militares estadounidenses, precisó el Ministerio surcoreano de Defensa, citado por la agencia Yonhap.
En la versión 2016 de estos ejercicios, EE.UU. desplegó 25.000 soldados.
Estas maniobras simulan cada año un escenario en el que tropas de ambos países deben defender el territorio surcoreano de una hipotética invasión norcoreana.
Pyongyang suele responder a este tipo de ejercicios militares con lanzamientos de misiles al mar o duras amenazas de guerra.
Los analistas temen que estas maniobras echen más leña al fuego. “Temo que (Kim) lleve a cabo su proyecto cuando empiecen las maniobras”, dijo a France Presse James Acton, especialista en armas nucleares del Carnegie Endowment for International Peace.