La Constituyente será un “suprapoder” por encima de todos los poderes constituidos, incluido el Parlamento de mayoría opositora.
“Puede regenerarlo todo, crearlo todo, es el poder de poderes”, sostiene Maduro, quien promete que la asamblea traerá “la paz” frente a protestas que exigen su salida y dejan unos 120 muertos en cuatro meses.
La “falta de límites” pone en jaque a la democracia, pero “la resistencia de la sociedad, el costo de la represión para el gobierno y la presión internacional” podrían imponerlos, comentó a la AFP la analista Colette Capriles.
La nueva Constitución será redactada por 545 constituyentes, 364 elegidos por territorios y 181 por sectores sociales. La oposición, que se negó a participar, critica la “votación corporativa” definida por Maduro.
Ante denuncias de que el sistema de elección fue un “fraude” para instalar una “dictadura”, el oficialismo sostiene que abre paso a “la democracia directa”.
La Constituyente se instalará el próximo miércoles en el Palacio Legislativo, donde sesionará paralelamente el Parlamento.
Maduro aseguró que la nueva Carta Magna, que sustituirá a la que promulgó en 1999 el fallecido expresidente Hugo Chávez, se someterá a referendo.
Aunque “ya eso es lo de menos”, señala Colette Capriles, subrayando que de antemano la Constituyente tomará decisiones ejecutivas y legislativas, según adelantaron Maduro y altos funcionarios.
La iniciativa fue convocada sin consulta previa en las urnas.
El oficialismo tendrá en la Constituyente a sus cuadros más fuertes, entre ellos el número dos del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello; la excanciller Delcy Rodríguez; y la primera dama, Cilia Flores.
Por cuánto tiempo sesionará, pues lo decidirán los asambleístas.
Si, siendo un “suprapoder”, disolverá instituciones como el Parlamento o la Fiscalía como han amenazado dirigentes oficialistas.
La fiscal general, Luisa Ortega, chavista que rompió con el mandatario e intentó frenar la Constituyente con recursos rechazados por la corte suprema (acusada de servir al gobierno), advierte que podría instaurarse “un sistema totalitario”.
Si se realizarán elecciones. Una de las rectoras del poder electoral, Socorro Hernández, dijo que los comicios de gobernadores -que debieron hacerse en 2016 pero fueron pospuestos para diciembre de 2017- dependerán de “las decisiones” de los asambleístas.
La oposición alerta que también quedan en el limbo las presidenciales de 2018.
La Constituyente es “una medida desesperada de un gobierno que sabe que no puede llamar a elecciones porque va a perder”, dijo a la AFP Diego Moya-Ocampos, analista del IHS Markit Country Risk de Londres.
La gestión de Maduro y la Constituyente son rechazadas por 80% de los ciudadanos, según la encuestadora Datanálisis.
Tampoco se sabe si desatará una cacería de brujas que elevará el número de “presos políticos”, calculados por la ONG Foro Penal en medio millar, aunque Delcy Rodríguez asegura que la Constituyente no es para “aniquilar al adversario”.
Maduro asegura que uno de los objetivos es establecer “un diálogo” para superar la crisis, pero también advierte que “habrá justicia por los crímenes de la derecha” durante las protestas. “Tienes tu celda lista”, amenazó al vicepresidente del Legislativo, Freddy Guevara.
El presidente sostiene que la Constituyente traerá estabilidad frente al colapso económico, pero se desconocen las medidas para lograrlo.
Según la consultora Ecoanalítica, si las protestas siguen hasta fin de año, el PIB se contraería 9% en 2017 frente a una previsión original de -4,3%, encadenando cuatro años de caída.
“Con incremento de la conflictividad, desinversión y sanciones (internacionales), la crisis que hemos visto es el piquito del iceberg”, considera Luis Vicente León, presidente de Datanálisis.