Es uno de los más grandes registrados y resulta complicado predecir su futuro progreso. Sigue formando un solo bloque, pero es probable que se rompa en segmentos, afirman los expertos.
Un iceberg de unos 5.800 kilómetros cuadrados, aproximadamente la superficie de la Provincia Cordillera en la Región Metropolitana (Puente Alto, San José de Maipo y Pirque) y uno de los más grandes de la historia, se desprendió del segmento Larsen C de la Antártida, informaron hoy los científicos del “Proyecto Midas” que han vigilado su evolución.
Según expertos en estudios antárticos de la universidad galesa de Swansea, en el Reino Unido, el desprendimiento se produjo entre el 10 y el 12 de julio y el iceberg, que se espera sea denominado A68, pesa más de un billón de toneladas.
La rotura, detectada por el instrumento satelital Aqua MODIS de la NASA evidencia que el desprendimiento ha reducido alrededor de un 12% el tamaño de Larsen C, y los científicos advierten que este fenómeno transformará para siempre el paisaje de esta península antártica.
“Hemos estado esperando este suceso durante meses y nos ha sorprendido el largo tiempo que ha tardado la grieta en romper los últimos kilómetros de hielo”, explicó hoy Adrian Luckman, del “Proyecto Midas”.
El experto señaló que “seguirán vigilando” el impacto que tendrá de esta fractura sobre la placa de hielo Larsen C y la evolución de “este enorme iceberg”.
“Es uno de los más grandes registrados y resulta complicado predecir su futuro progreso. Sigue formando ahora un solo bloque, pero es más que probable que se romperá en segmentos”, afirmó Luckman, quien opinó que parte del hielo “podría permanecer en la zona durante décadas”, mientras que “partes del iceberg podrían derivar al norte hacia aguas más cálidas”.
Aunque pesa más de un billón de toneladas, el A68 ya estaba flotando antes de su desprendimiento, por lo que los científicos no prevén que se produzca un aumento inmediato del nivel del mar.
No obstante, Midas recuerda que Larsen C está ahora en una “situación vulnerable”, a pesar de que el desprendimiento haya sido un “evento natural”, y sostiene que podría sufrir el mismo destino que el vecino vecina Larsen B, que se desintegró en 2002 tras un suceso similar.
“Nuestros modelos indican que se mantendrá más o menos estable, pero cualquier colapso futuro ocurriría dentro de varios años o décadas”, apuntó Luckman, quien precisó que no “tienen conocimiento” de que este suceso esté “relacionado con el cambio climático provocado por el hombre”.
En los próximos meses y años, agregó, la placa de hielo podría “regenerarse gradualmente” o “sufrir más desprendimientos”, lo que le llevaría al “colapso”, si bien las “opiniones de la comunidad científica está divididas” respecto a estos escenarios.