Se trata de una de las audiencias más esperadas. Incluso algunos estadounidenses la califican como el “Super Bowl” político. Reflejo de ello eran los metros de Washington sin pasajeros, los pasillos del Capitolio despejados y bares con pantallas transmitiendo en vivo la comparecencia del ex director del FBI, James Comey.
Él se presentó ante el Comité de Inteligencia del Senado para explicar la relación que sostuvo con el Presidente Donald Trump y las investigaciones sobre una presunta injerencia rusa en las elecciones presidenciales del año pasado.
En tanto, el mandatario se encontraba escuchando a Comey encerrado en la Casa Blanca y con sus manos lejos del celular. No tuiteó durante las dos horas y 40 minutos que duró la audiencia.
En un comienzo, el ex director del FBI acusó a Trump de difamarlo y decir mentiras sobre la organización, pero se declinó a opinar si el presidente intentaba obstruir a la justicia al pedirle que frenara la investigación sobre su ex asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn.
Sin embargo, en el testimonio escribo publicado ayer por la misma Comisión de Inteligencia, Comey dijo que Trump le pidió que frenara dicha investigación. “Espero que lo puedas dejar ir”, le dijo el presidente al entonces director del FBI en una reunión que tuvieron ambos.
“No creo que me corresponda decir si la conversación que tuve con el presidente (Trump) era un intento de obstrucción (a la justicia). Lo tomé como algo muy perturbador, muy preocupante”, dijo Comey a los senadores
Un senador le preguntó directamente a Comey si tenía alguna duda si Rusia estuvo detrás de la injerencia en las elecciones presidenciales que dieron por ganador a Donald Trump. A lo que el ex director respondió: “No, no tengo ninguna duda”.
Es ahí donde explicó que la primera vez que fue informado sobre ciberataques provenientes de los rusos fue a finales del verano de 2015. “Hubo un esfuerzo masivo para atacar agencias no gubernamentales y gubernamentales”.
Luego de estar a cargo del FBI desde el 2013, el 9 de mayo de este año fue despedido repentinamente por Trump. Comey durante su audiencia explicó que estaba confundido, ya que el presidente le había dicho en reiteradas ocasiones que estaba haciendo un “gran trabajo”.
“Me confundió cuando vi al presidente en la televisión diciendo que me había despedido por la investigación rusa”, dijo. “También estaba confundido por la explicación inicial que se ofrecía públicamente de que me habían despedido por decisiones que había tomado durante las elecciones … Eso no tenía sentido para mí”.
“La administración entonces optó por difamarme y, lo que es más importante, por el FBI, diciendo que la organización estaba mal dirigida”, dijo el ex jefe del FBI. “Esas eran mentiras, simples y sencillas”.
Comey tomó nota de las reuniones y llamadas que sostuvo con Trump, ya que dijo temer que él mentiría acerca de su primera conversación con él.
Describió ante el Senado que la conducta del presidente era algo novedosa para él, por lo que pensó que “tengo que escribirlo, tengo que escribirlo de forma muy detallada”.
Luego de ser despedido y de ver un tuit de Trump que decía que esperaba que no hayan grabaciones de sus encuentros, Comey admitió que le pidió a un amigo que filtrara sus memorando sobre las reuniones con el presidente, ya que esto podría llevar al nombramiento de un fiscal especial. Ese contenido fue entregado a un periodista por un amigo suyo, profesor de la facultad de derecho de Columbia.