La obesidad y el sobrepeso son problemas serios que afectan a más del 60% de la población chilena. Esto constituye un factor de riesgo para el desarrollo de diabetes, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, renales y algunos tipos de cáncer.

En este contexto, María Eugenia Orellana, enfermera supervisora del Centro Médico de Clínica Avansalud, junto al equipo de nutrición de la misma, entregó algunos consejos para evitar estos males y mantener un estilo de vida lo más saludable posible.

En cuanto a la alimentación, Orellana recomendó evitar el consumo de azúcar y preferirla en su forma natural en frutas, verduras y lácteos. Asimismo, es mejor rechazar los productos que tengan el sello de “alto en azúcares y calorías”.

Consumir verduras y frutas diariamente también es beneficioso, así como acompañar las comidas con ensaladas o verduras salteadas. La ingesta de legumbres como porotos, lentejas, garbanzos o arvejas se recomienda dos veces por semana, mezclada con cereales como fideos o arroz. El pescado al horno o a la plancha, especialmente el jurel, la sardina y el salmón, también fue recomendado por la profesional, ya que aportan ácidos grasos saludables para nuestro sistema cardiovascular y cerebral, como el Omega 3.

Otras cosas a evitar son el exceso de sal, las frituras y las grasas saturadas. El exceso de sal produce problemas renales y aumenta el riesgo de hipertensión, mientras que el colesterol alto provoca enfermedades cardiovasculares. Orellana también recomendó preferir el aceite vegetal de oliva o canola.

El consumo de lácteos bajos en grasa y azúcar aportan cálcio y vitaminas del complejo B, necesarios para el crecimiento y mantenimiento de los huesos. La profesional advirtió que, sin embargo, las leches vegetales no contienen estos nutrientes y suelen aportar grandes cantidades de azúcar.

Beber abundante agua es vital para mantener la temperatura corporal y el equilibrio hidroelectrolítico en el cuerpo, así como preservar los riñones en buen estado. No obstante, no es recomendable el consumo de bebidas azucaradas o alcohólicas para obtener un aporte de agua. El agua de llave o las infusiones de té y hierbas contribuyen mucho más.

La actividad física también es fundamental para reducir la cantidad de grasa almacenada en el cuerpo. Orellana recomendó realizar algún tipo de ejercicio todos los días. En el caso de que sea imposible practicar un deporte, la caminata a paso rápido, durante al menos 30 minutos diarios, resulta beneficiosa. La actividad física debe responder al tipo de alimentación de cada persona, y siempre es ideal evaluar nuestro peso de acuerdo a nuestra estatura y sexo.

Finalmente, la enfermera recomendó realizarse un chequeo médico al año y mantenerse en control nutricional si es necesario.