Hasta ahora, pese a todo, no han tenido grandes consecuencias como las que vimos en los últimos años.
Los incendios forestales ya se han registrado durante esta temporada en el Biobío. Hasta ahora, pese a todo, no han tenido grandes consecuencias como las que vimos en los últimos años. Algo positivo dentro de lo grave que son estos hechos.
De hecho, según información de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) son cerca de 1.113 hectáreas quemadas en Biobío, en el comienzo de la temporada.
“Desde hace un tiempo atrás un trabajo con una buena coordinación con las empresas forestales en el tema de trabajar en una metodología que permita ir incorporando a las comunidades en el tema de la responsabilidad que se tiene respecto al tema de los incendios forestales, ya sea tomando algunas medidas preventivas o también en el tema de la fiscalización y también de la posibilidad de que puedan ellos denunciar situaciones que generen algún temor, alguna situación de riesgo”, dijo el nuevo director regional de Conaf, Esteban Krause.
“Generalmente se va repitiendo en algunas localidades con más frecuencia que otros. Hay ciertas características al inicio del incendio que pueden, de alguna u otra manera, dar una señal de que son intencionales. Uno, en la repetición permanente de estos incendios en ciertos territorios, en ciertas localidades. Lo segundo, es que, en algunos de los sitios, como Hualqui, Penco y Los Álamos, hubo muchos focos simultáneamente en la misma área”, agregó.
“La región del Biobío es la segunda región, después de la Metropolitana, en número de incendios, de acuerdo a la estadística en general. Pero nosotros, a nivel de la temporada actual, tenemos, según nuestras estadísticas, una ocurrencia de 365 incendios, en total, en esta temporada, con una superficie de 1.013.79 hectáreas. Es decir, tenemos 13% menos de incendios, lo que a esta altura es un buen indicador, pero queda mucho por recorrer de la temporada. Y a nosotros nos preocupa la ocurrencia. La ocurrencia porque cada uno de los incendios se puede transformar en un gran incendio, en una tragedia”, sumó Krause.
La idea es que este escenario disminuya o en el peor de los casos se mantenga. Es que todo lo vivido en los últimos años fue extremadamente fuerte y en todo tipo de consecuencias: desde la pérdida de vidas, hogares, cosechas, hasta en la salud mental de los afectados.