Más allá de que se trató del primer proceso electoral con inscripción automática y voto obligatorio en la historia de Chile, con la característica, además, de ser territoriales, en que se eligieron gobernadores, consejeros regionales, alcaldes y concejales, el promedio de votos blancos y nulos superó el 15%.

Un porcentaje que podría tener explicación en la denominada crisis política del último tiempo que, se ha señalado, por diversos analistas y actores políticos, se debe al caso Monsalve, Audios y Cubillos.

Así fue reconocido por candidatos ganadores como Sergio Giacaman, quien obtuvo el primer lugar en el Biobío en el cargo de gobernador regional, y quien disputará el balotaje con Alejandro Navarro.

Uno de los puntos que llamó la atención, a propósito de la participación, fue el hecho que ya en el primer día de elección cerca del 50% del padrón había emitido su voto.

Siguiendo la línea de cómo se comportó el electorado, al cierre de este domingo, eso sí, la participación llegó solo a un 80%, a lo que se suma el antecedente que cerca de 7 mil personas se excusaron de votar por estar a una distancia mayor a los 200 kilómetros.

Una de las grandes cosas a destacar es el comportamiento. Fueron dos días sin mayores hitos que hayan mermado el desarrollo de las votaciones.

Según datos oficiales solo hubo 5 detenidos, uno de ellos durante el sábado por el comportamiento agresivo con vocales de mesa y la delegada electoral de un centro de votación en Coronel, y otros por detenciones pendientes y por fotografiar votos.

Otro punto para la lista es la vigencia de una tradición: la de votar en familia. En todos los rincones, de las 33 comunas de la Región, fue posible ver a hijos que asistían a sus padres mayores de edad para poder llegar a los locales; como también padres que llegaban con sus hijos pequeños a cada mesa, siendo estos últimos, en un acto simbólico, los encargados de ingresar cada papeleta marcada al interior de la urna.

El electorado nacional y el de Biobío, nuevamente, ejercieron el derecho y deber del voto de forma correcta, al momento de hacer el balance general. Chile mantiene un compromiso con el balotaje público, el que sanamente no ha cesado desde su regreso en 1988.