El reciente fenómeno meteorológico puso de nuevo en relieve la importancia que se adopten medidas especiales por parte de las empresas que entregan suministros básicos.
El paso del último sistema frontal por el país no solo afectó al suministro eléctrico, sino que también generó problemas en las comunicaciones, especialmente, en la Región del Biobío.
De acuerdo con información dada a conocer por Diario Concepción, la Región figura, según los datos de la Subsecretaría de Telecomunicaciones y al día 7 de agosto, como la segunda -después de la Región Metropolitana- con el mayor número de estaciones de telecomunicaciones afectadas a nivel nacional, con un 14%.
Tomando en cuenta que en la zona existen en total 2.320 sitios, como se les conoce técnicamente, las 290 afectadas a la fecha, significan una afectación del 12,50% en el Biobío.
A nivel país se han reportado un total de 2.052 estaciones afectadas. En las regiones de Coquimbo con 44, Valparaíso con 114, la Región Metropolitana con 966, O ́Higgins con 159, Maule con 53, Ñuble 37, La Araucanía con 232, Los Ríos con 114 y Los Lagos con 43.
Asimismo, Subtel detalló, mediante un comunicado, que solicitó a las empresas de telecomunicaciones activar sus planes y protocolos de emergencia, así como las medidas de resguardo para enfrentar cualquier tipo de evento que pueda afectar el normal funcionamiento de los servicios de voz y datos.
“De acuerdo con la normativa vigente, tienen derecho a un descuento en su tarifa mensual por toda suspensión, interrupción o alteración de un servicio por causa no imputable que exceda de 6 horas en un día o de 12 horas continuas o discontinuas en un mes”, explicó la misma entidad.
Así, el reciente fenómeno meteorológico puso de nuevo en relieve la importancia de que se adopten medidas especiales por parte de las empresas que entregan suministros básicos para evitar que se produzcan cortes prolongados y dejen a la población en una compleja situación. Hace 14 años, con el terremoto y tsunami del 27 de febrero de 2010, la provincia de Concepción enfrentó una dura realidad, pero ese periodo también nos sirvió de aprendizaje respecto de las medidas y obligaciones que deben cumplirse para evitar que se deje en vulnerabilidad a la población. Hay coincidencia en que las ráfagas de viento que acompañaron a las últimas lluvias eran anómalas, a lo menos respecto de los últimos años, pero, sin duda, quienes entregan estos servicios, que son pagados por la ciudadanía, están obligados a estar preparados para enfrentarlos.