La fuerza del viento ha marcado el reciente temporal tanto en el Biobío como en el país. Todo esto ha quedado graficado en los cientos de árboles e infraestructura derribada producto de las ráfagas.
La fuerza del viento ha marcado el reciente temporal tanto en el Biobío como en el país. Todo esto ha quedado graficado en los cientos de árboles e infraestructura derribada producto de las ráfagas.
Esto ha traído a la discusión pública el tema de la calidad de construcciones. Edificaciones que den garantías que puedan soportar los actuales escenarios del tiempo y sus fenómenos. De hecho, sobre los efectos causados por el sistema frontal que afectó al Biobío entre miércoles y viernes, dejó como saldo 5 mil 549 viviendas con alguna afectación, entre ellas las que sufrieron voladuras de techumbres.
“La infraestructura se daña principalmente por el desgaste, uso y fatiga de los materiales. Sin embargo, en casos excepcionales, como los ríos atmosféricos, cada vez más comunes en Chile, la infraestructura debe soportar cargas dinámicas adicionales, como vientos y altas intensidades de lluvia que afectan a las estructuras, provocando daños importantes, debido a esto se debe apuntar a generar infraestructura resiliente, capaz de soportar estos eventos extremos”, sostuvo Felipe Orellana, docente de Ingeniería Civil de la Universidad de Concepción.
“Por lo general, en Chile se construye con una buena calidad, principalmente los edificios en altura de hormigón armado, que tienen un buen comportamiento ante estos eventos, sin embargo, en Chile se construye mucho con materiales ligeros como la madera, principalmente las habitaciones residenciales, esto implica que los efectos de las lluvias y vientos sean aún mayores”, aseveró el docente e investigador de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción, quien además planteó que la actual normativa en esta área, debería también adaptarse a este nuevo escenario, donde los episodios de fenómenos meteorológicos de altas intensidades comienzan a ser recurrentes.
“En este caso, el rol de la industria de la construcción y las políticas públicas son claves para determinar la calidad de la construcción, la correcta arquitectura y la ingeniería de detalle aseguran la calidad de las edificaciones, en términos de durabilidad y seguridad para un propietario o mandante”, indicó Orellana.
Este tipo de debates y avances deben ser prioritarios en vista de los recientes cambios en el comportamiento de los eventos meteorológicos.