Un punto a considerar, y que es lave, dice relación con el cuidado de los lugares descritos. Todos con una rica historia y que nos corresponde atesorar, bajo el supuesto de su posible explotación turística.
Tres lugares del Biobío fueron destacados como maravillas geológicas de Chile. Así lo describió Sernageomin en el libro “Geositios de Chile: una mirada a sus maravillas geológicas”, el cual sumó 49 lugares a lo largo de todo el país, que cumplían con los criterios determinados por la entidad.
Según el citado Servicio, en la edición participó un equipo multidisciplinario, con el apoyo de la Sociedad Geológica de Chile, que trabajó durante un par de años en la selección de los sitios, e incluyó material gráfico aportado por la comunidad.
“Hay que decir que todos estos hallazgos que se encuentran, o todos estos, se llaman afloramientos fosilíferos también (…) Se usa un concepto de afloramientos fosilíferos”, dijo Gerardo Flores, curador del Museo Geológico de UdeC. Así, los tres lugares destacados como maravillas geológicas del Biobío fueron: Caleta Cocholgüe, Anticlinal Volcado de Curamallín y Piedra del Águila.
Respecto del primero, el emplazamiento ubicado en la bahía tomecina, sus acantilados evidencian alzamientos del borde costero ocurridos en el Pleistoceno Superior. “Sus procesos erosivos más recientes han modelado la línea costera y han dejado expuestas capas de rocas sedimentarias que aportan información acerca de los seres vivos y condiciones ambientales existentes en el período Cretácico, así como del paso de la era mesozoica a la cenozoica, sucedido hace unos 66 millones de años”, detalla el escrito. En cuanto al segundo, Anticlinal Volcado de Curamallín, se ubica en el valle del río de los Pinos, y es accesible desde el puesto de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) en el Parque Nacional Laguna de la Laja, a 28 km de la frontera con Argentina. “Cuando en las rocas existe un pliegue es porque estas se han deformado sin romperse ante la acción de una fuerza de empuje. En este caso, el plegamiento de los estratos, normalmente en posición horizontal, se produjo por la acción de una falla geológica profunda que los empujó lentamente desde abajo, lo que generó la acomodación y curvatura de las capas”, detalla el libro.
Finalmente, la Piedra del Águila ubicada a cerca de 1.400 metros sobre el nivel del mar en la cordillera de Nahuelbuta, ofrece vistas espectaculares tanto al océano Pacífico al oeste como a la cordillera de los Andes al este. Geológicamente, es notable por sus rocas intrusivas del Batolito Costero del Sur, que datan de 308 a 286 millones de años, correspondientes al Paleozoico Superior. La formación predominante es una granodiorita, rica en cuarzo, feldespato potásico y plagioclasa.
Un punto a considerar, y que es lave, dice relación con el cuidado de los lugares descritos. Todos con una rica historia y que nos corresponde atesorar, bajo el supuesto de su posible explotación turística.