Si bien durante los meses de otoño e invierno la preocupación principal son las enfermedades respiratorias, que se asocian a las bajas temperaturas, mal clima y otros factores, lo cierto es que dentro de la población chilena en general, y de las autoridades, también debe existir un cuidado permanente respecto a las enfermedades cardiovasculares.

De acuerdo a la última Encuesta Nacional de Salud, un 30% de la población chilena adulta padece de hipertensión. Una patología crónica, que es uno de los principales factores de riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares, como un accidente cerebrovascular o insuficiencia renal, por lo que es importante concientizar a la población, independiente del periodo del año.

Es más:las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en Chile. De acuerdo al Ministerio de Salud, cerca de un tercio (27%) de la población muere como consecuencia de alguna, y en muchos casos estas vidas pueden salvarse si son tratadas a tiempo y existe una adecuada educación sobre estas patologías.

Claudia Carrasco, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc), indicó que “la presión arterial superior o igual de 140/90 mmHg es considerada hipertensión, por lo que se debe buscar orientación de un profesional del área de la salud en el caso de alcanzar cifras similares”. En este sentido, es necesario promover la toma de conciencia y los esfuerzos para prevenir, diagnosticar y controlar esta condición que constituye el principal factor de riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares (ECV).

El Ministerio de Salud dispuso del Programa de Salud Cardiovascular (Pscv) que tiene como finalidad reducir la incidencia de eventos cardiovasculares con fin de prevenir morbilidad y mortalidad prematura, además de mejorar la calidad de vida de estas personas, por medio de prestaciones entregadas en Centros de Atención Primaria en Salud como los Cesfam.

Algunos de los factores de riesgos que pueden contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares son el alto consumo de sal, dieta poco saludable con bajo consumo de frutas y vegetales, inactividad física, consumo excesivo de alcohol y cigarros, estrés crónico y antecedentes familiares. Por ello, es importante que cada persona también haga un trabajo preventivo.