Genera la idea que el problema de fondo sigue siendo la seguridad. Pues la garantía de esta haría que el público se mantenga hasta tarde, y con ello, el transporte no tendría problemas de demanda.
En una primera etapa post pandemia el problema era que el comercio del centro de Concepción no extendía horarios debido a la seguridad y falta de locomoción colectiva luego de las 19.00 horas. En este momento el reclamo es al revés: las quejas vienen desde el sector microbusero.
Pues los gremios sostienen que hay una falta de pasajeros en la noche y, naturalmente, complica el trabajo de los taxibuses, todo esto ahora, a seis meses de que inició el perímetro de exclusión.
Sobre la frecuencia de micros, Arturo Giusti, presidente de la Federación Gremial Interregional del Transporte de Pasajeros, indicó que en la actualidad transitan aproximadamente 1940 buses dentro del Gran Concepción.
Pero, según él, la locomoción en horas de la noche disminuye, pero no por falta de máquinas, sino que es por el temor que tienen los choferes de manejar desprotegidos. “Es normal que al terminar el día la frecuencia de taxibuses disminuya, eso es producto de la falta de seguridad durante la noche, tanto por parte de conductores como de pasajeros. No es desconocido que más tarde asalten e intimiden arriba de los buses, además, a las 7 de la tarde el comercio está cerrado y todo esto en conjunto produce que el servicio de transporte público no sea tan eficiente como lo es durante el día”, dijo.
Según el dirigente, la inseguridad se mantiene, pero se ha mejorado al contar con cámaras de seguridad al interior de los buses.
“La seguridad está cada día peor, no hay ninguna mejora para los conductores ni los pasajeros en ese sentido. Lo bueno es que contamos con cámaras de vigilancia, lo que nos ha permitido felizmente detectar los problemas que provocan los delincuentes y a veces sus identidades”, destacó.
Arturo Giusti aclaró que cada conductor debe cumplir con una serie de requisitos incluidos en el perímetro de exclusión, tales como, las ya descritas cámaras de seguridad, el uso del uniforme, letreros con el mismo formato en todas las máquinas, además de la puntualidad y el seguimiento del recorrido de cada micro.
Todo esto, en una primera lectura, genera la idea que el problema de fondo sigue siendo la seguridad. Pues la garantía de esta haría que el público se mantenga hasta tarde, y con ello, el transporte no tendría problemas de demanda, en un Concepción, que por lo demás, cada día observa cómo sus calles se repletan más y más de automóviles.