Editorial

Gran Concepción y el calor: ¿Hay resguardo?

Nuestra zona tiene la posibilidad de volcar esfuerzos a esas medidas que, sin duda, ayudarían a paliar el problema de las complejas olas de calor. Pero, la duda se coloca en la mesa: ¿Contamos con mapas de calor?

Por: Editorial Diario Concepción 14 de Febrero 2024
Fotografía: Pixabay

En el contexto de la controversia por la tala indiscriminada de árboles en el centro de Concepción, que determinó una queja del municipio penquista en contra de la CGE, quien efectuó la poda sin autorización de 7 ejemplares en avenida O ́Higgins, surge la inquietud respecto a cuánto ofrecen nuestras comunas en el Biobío para que sus habitantes afronten o se refugien de la ola de calor.

Lo anterior, teniendo presente además la alerta amarilla decretada en la Región debido al pronóstico de temperaturas superiores a los 30 grados, principalmente, en la zona de la precordillera.

De acuerdo con una recomendación de agosto del año pasado, la Organización Mundial de la Salud planteó la necesidad de crear “mapas de calor” de las ciudades. Esto conlleva, la creación de espacios verdes y la instalación de “refugios para las olas extremas”, para brindar zonas seguras donde las personas puedan buscar alivio.

En una columna de opinión, publicada este martes en Diario Concepción, Alberto Texido, académico de Arquitectura U. de Chile y consejero del CPI, aseguró que “considerando un acuerdo por la descarbonización global, resulta vital que los paisajes urbanos cuenten con vegetación (de bajo consumo hídrico) y de sombra bien distribuidos como parte de la infraestructura vital que se debe llevar adelante. También es interesante plantear nuevos puntos de hidratación y centros de enfriamiento para los vecinos durante los meses de verano en los sectores deficitarios”.

En la misma línea señala que si a lo anterior se suma una necesaria recuperación de aguas grises, Chile afectado por una sequía de 14 años tiene la oportunidad de explorar nuevos tipos de suministro de agua derivados de la desalinización, lo que podría ayudar a tener agua disponible para riego de áreas verdes y creación de sombras, o como buffers para evitar los incendios en la interfase urbano-forestal. “En algunos barrios de ciudades como Madrid la disposición de plantas de hoja perenne y pérgolas se han convertido en refugios climáticos que ayudan a que el frescor llegue al interior de las viviendas, mientras un entorno arbolado puede bajar la temperatura en varios grados. Algunas urbes se han propuesto recambiar sus pavimentos a otros más claros para evitar el sobrecalentamiento, al tiempo que se han implementado revestimiento en techos, ventanas y paredes que disminuyen las temperaturas en los edificios”, agrega el mismo experto. Nuestra zona tiene la posibilidad de volcar esfuerzos a esas medidas que, sin duda, ayudarían a palear el problema de las complejas olas de calor. Pero, la duda se coloca en la mesa: ¿Contamos con mapas de calor?

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