Un llamado a la conciencia, a la limpieza, a la protección y al cuidado.
En el Gran Concepción hay varios cerros insignes. Entre ellos, el Chepe, Amarillo y el Caracol, este último es más reconocido y protegido. Pero, existe uno que lo colinda y del cual poco se habla de su protección y puesta en valor. Hablamos del Cerro Manquimávida de Chiguayante.
Un patrimonio natural importante para los habitantes de Tierra Bella y, por supuesto, hay que cuidar.
Lo anterior, sobre todo durante la época estival, que es cuando aumentan las posibilidades de incendios forestales, tal como ocurrió el año pasado, cuando presenciamos escenas dramáticas de vecinos con el fuego cerca de sus casas.
También, conocimos por una nota periodística publicada este miércoles en Diario Concepción que hay preocupación porque algunas zonas del cerro se han convertido en vertederos ilegales de desechos. Algo totalmente contrario al cuidado de un entorno natural valioso.
De acuerdo con la información entregada por el Seremi de Salud, respecto al cerro Manquimávida no existen denuncias formales que estén en conocimiento de la Unidad de Gestión Ambiental, a pesar de haber encontrado distintos basurales alrededor del sector.
Este lugar alberga distintas especies de flora y fauna, entre ellas se visualizan copihues, avellanos y arrayanes.
El alcalde de Chiguayante, José Antonio Rivas, destacó su importancia. “El Cerro Manquimávida, sin duda, es parte fundamental de la cultura de nuestra ciudadanía. Esta extensa y alta faja de tierra le dio sentido al deporte al aire libre y a las caminatas, lo que enlazado con el rio Biobío, hace de la comuna única en el país al tener cordillera y fajas de agua en toda su extensión”, dijo.
De ahí la importancia del emblemático espacio natural chiguayantino.
Podría decirse que casi colinda con el Caracol, pero el Manquimávida no cuenta con la misma consideración.
Desde Conaf indicaron, eso sí, que consideran pratullajes por la zona, a modo de protección, en coordinación con el municipio.
Sin embargo, dada la presencia de basura, hay una tarea pendiente, no solo de entidades con facultades para atesorar el lugar, sino también de las mismas personas que lo visitan o viven cerca y arrojan desechos. Un llamado a la conciencia, a la limpieza, a la protección y al cuidado.