Un justo reconocimiento para San Rosendo

Solo resta que todos empujen hacia una misma dirección para poner en valor a una comuna clave del patrimonio local y con sello del Biobío.

Lo ocurrido con San Rosendo es un reconocimiento justo. Tarde pero justo, por todo el aporte a la historia cultural e industrial de Chile. Es que el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) nombró Monumento Histórico al complejo ferroviario de la ciudad.

“La importancia que reviste la declaratoria de Monumento Histórico radica en el hecho que las estructuras fueron construidas en 1929 y tuvieron gran auge hasta 1970. Al quedar esa estructura, se transformó en parte de nuestra identidad, por lo que no queremos que se pierda. Al contrario, deseamos que sea el punto de inicio para un nuevo San Rosendo”, dice el alcalde, Rabindranath Acuña.

La idea del “nuevo San Rosendo” también hace referencia a la idea de impulsar el turismo de la ciudad. Desde la comuna hacen énfasis en que, además de restaurar la tradicional estación de locomotoras, que pasó por décadas de popularidad el siglo pasado, requieren construcción e inversión en áreas como hospedaje, gastronomía y actividades turísticas en general para potenciar el ingreso de dinero a sus habitantes.

“Desarrollo económico y turístico va de la mano. Proyectamos un trabajo a mediano y largo plazo que implica generar un estudio y configurar un modelo de gestión que permita la autosustentabilidad de la inversión que allí haremos”, agrega Acuña.

Trabajadores de la comuna visualizan la importancia de proyectos que impulsen su actividad turística, puesto que consideran que no se aprovechan los atractivos de San Rosendo y alrededores, donde se incluyen los ríos Biobío y Laja.

Sandra Espinoza posee un negocio de provisiones y minimercado de alcoholes, y lamenta que “la gente solamente pasa por acá. La idea es que no sea así y te detengas a algo. Quienes trabajan atravesando vehículos en barcazas me cuentan que trasladan buena cantidad de personas, pero no se nota porque pasan de largo”.

En su punto de vista, se debe hacer algo llamativo a partir de la patrimonial estación de ferrocarriles y suplir carencias actuales. “Hospedaje no tenemos. Estamos al debe en gastronomía también, porque las personas no se atreven a invertir en tener comida todo los días si no tendrá ventas”, sostiene.

Las condiciones están ahí, están dadas. Ahora solo resta que todos empujen hacia una misma dirección para poner en valor a una comuna clave del patrimonio local y con sello del Biobío.