Tras el anuncio de la Estrategia Nacional del Litio es que otra vez el tema de los productos asociados con la nueva industria y producción sostenible para los réditos nacionales se ha tomado las conversaciones.

Si bien lo del Litio no es reciente, ya que es un asunto que se viene discutiendo hace tiempo, sí ha pasado por periodos donde el debate ha entrado en pausa.

No así es el caso del Hidrógeno Verde (H2V) el que está bajo la lupa estatal de manera permanente, o por lo menos eso es lo que se demuestra públicamente.

Ahora, en su reciente visita a la Región del Biobío, el subsecretario de Energía, Luis Felipe Ramos, se refirió a las fortalezas de la Región en este ámbito.

“-Sabemos que lo fundamental es el Hidrógeno Verde y que es uno de los polos importantes que vamos a estar desarrollando en nuestro país, por eso estamos desarrollando esta audiencia en el Biobío donde existe una gran potencialidad, no solamente por las características de la disponibilidad de energías renovables convencionales que pueden ser aplicadas justamente para la electrólisis del Hidrógeno Verde, sino que también porque existe una importante presencia de industrias, pero también de la academia. Esto es particularmente relevante porque las políticas energéticas generalmente son de largo aliento y para poder desarrollar políticas de largo plazo es necesario tener amplios consensos. Estos amplios consensos se han construido siempre con acuerdo entre el sector público; sector privado; la academia; y por supuesto también la ciudadanía”, dijo el subsecretario en conversación con Diario Concepción.

“Uno de los elementos que ha motivado a esta visita es dar el vamos al Plan de Acción de 2023 y 2030 para el desarrollo del hidrógeno verde (H2V), que es la segunda etapa del desarrollo de nuestra política, que parte con un documento anterior, que es la Estrategia Nacional del Hidrógeno Verde, la que define las metas a largo plazo respecto de esta agenda”, comentó también Luis Felipe Ramos.

No deja de ser llamativo lo que sostiene la autoridad. Otra vez el Biobío destaca por su perfil sólido y de alta confianza para la industria, el Estado y la academia.

Fortalezas que no hay que desaprovechar, en una zona del país que siempre ha sido observada para medir todo tipo de vanguardia.