No más disculpas: llegó la hora de las soluciones en el fútbol chileno

Ya no basta con discursos y decir que se hará algo para cambiar las cosas. Lo sucedido el domingo en el Ester Roa obliga a tratar a fondo la violencia en el balompié nacional.

El pasado domingo el fútbol chileno vivió otro triste episodio. Uno que, considerando cómo se ha venido desarrollando la actividad en el último tiempo, debería marcar un antes y un después. Solo 30 minutos alcanzaron a jugar la Universidad de Chile y la U. Católica en el duelo por el torneo de Primera en el Ester Roa. Bombas de ruido y bengalas que cayeron al campo terminaron con la suspensión del partido, que terminará a puertas cerradas.

Siempre que ocurren temas así se habla de todo lo que se tiene que hacer, pero en estricto rigor se avanza poco y nada. El plan Estadio Seguro, implementado en 2011, ya no dio las garantías y soluciones para terminar de raíz un tema que también exige la voluntad de los clubes, sobre todo de los más populares del país: deben terminar los vínculos con sus barras bravas, que aunque los nieguen se siguen manteniendo.

El Presidente Gabriel Boric dijo por Twitter que tomarán un rol importante para avanzar en soluciones concretas. Por su parte, la Anfp emitió un comunicado donde dice que “en los próximos días la citará a una reunión urgente del fútbol chileno, para dar celeridad al trabajo de la mesa de seguridad que hemos encabezado con todos los sectores públicos y privados, a fin de endurecer las penas y los castigos por violencia en los estadios”.

Además, el escrito destaca que “nos sumamos a las palabras del Presidente de la República, para que los responsables de estos acontecimientos reciban todo el peso de la ley, solicitando desde ya su apoyo para combatir estos hechos de violencia, que escapan a la normativa que rige al fútbol y requieren del trabajo de todos los sectores, de tal manera de evitar la sensación de impunidad que hoy tienen estos delincuentes en los estadios de nuestro país”.

Palabras que anuncian compromisos y es de esperar que se materialicen de una vez por todas. Por grupos menores está pagando el verdadero hincha, ese que va alentar a su equipo en familia, y que se aleja de los estadios al ver hechos de violencia que vienen hace mucho tiempo. No es posible que cada vez que se enfrenten equipos de alta convocatoria, ahora sin gente visitante en las tribunas, continúe habiendo acontecimientos tan tristes. Urgen medidas serias y que pongan fin de una vez por todas a acciones que empañan el deporte más popular que hay en Chile.