Esto termina en una conclusión: todavía existen dudas sobre la verdadera voluntad de descentralización. Se dice una cosa y se hace otra, o bien, no se hace nada.
La figura del Delegado o Delegada Presidencial es una de las más recientes en los más de 200 años de la República. Un cargo que desde un comienzo se tuvo que medir con un alto nivel de dudas y resistencia, ya que aparte de cargar, desde su estado de fabricación, con el peso del nombre de Santiago sobre las regiones, debutó exactamente con otro puesto, el que también venía con la tarea encomendada de reflejar la descentralización: el Gobernador o Gobernadora Regional.
En la última campaña presidencial fue pregunta reiterada el saber qué opinaba cada candidato y candidata sobre la nueva institución, y qué haría cada uno de ellos de llegar a La Moneda. Algunos dijeron que lo mantendrían, pero la balanza se inclinó más a la idea de eliminarla.
¿La razón?, el choque de atribuciones, voces, sentido de mando y el simbolismo de la descentralización cuando al mismo tiempo existe el nuevo Gobernador electo mediante sufragio universal.
Así, por más de un año es que se extiende el debate sobre la continuidad de la Delegación Presidencial en el aparato del Estado. Una cuestión que hasta hace muy poco, nuevamente, vio como la idea de terminarlo se posicionaba con más fuerza y con ello, igual, el carácter de compromiso todavía en curso.
Ahora que estamos otra vez en el inicio de un proceso constitucional la Comisión Experta propone reformular el cargo bajo el nombre de “Representante del Presidente de la República”.
Nuevamente el debate se abrió a nivel local, La controversia se instaló en los congresistas locales, a favor y en contra de la mantención del cargo. Todavía, no existe un consenso absoluto.
Algunos ejemplos: la diputada UDI, Flor Weisse, ha dicho que “hasta ahora me parece razonable que el Presidente de la República tenga un representante en cada una de las regiones”.
Mientras su par del Partido Comunista, María Candelaria Acevedo sostiene que “mantener un enlace del Presidente en las regiones, me parece que es un retroceso”. Eso es solo una muestra de la seguidilla de análisis y visiones del caso. Pero, esto termina en una conclusión: todavía existen dudas sobre la verdadera voluntad de descentralización. Se dice una cosa y se hace otra, o bien, no se hace nada.