Una tarea verde: reforestación y cuidado ambiental tras el fuego

Hay un asunto identitario, sostenible y de equilibrio ambiental detrás de todo esto.

El estado de la flora y fauna tras los incendios forestales es una materia que entra al debate y foco de atención en una especie de segunda tanda de tareas por las que se deben trabajar.

Es que el paso del fuego por cientos de hectáreas de monocultivo ha terminado en espacios de amplia diversidad natural, y cosechas, donde en el caso de estas últimas incluso hay estimaciones que el tiempo de recuperación podría ser de hasta de 8 años según el tipo y el uso del suelo.

Ahora, desde el Gobierno se anunció un plan de restauración de flora y fauna. Una cuestión que en una primera impresión queda la idea que es algo que esta administración debe cumplir sí o sí, no solo por su rol como poder Ejecutivo, sino por su perfil y convicción ecologista con la que se presentó desde los tiempos de campaña presidencial.

Pero más allá de esa lectura política las reacciones desde los especialistas también han ido surgiendo. Por ejemplo, el director del Centro de Ciencias Ambientales (Eula) de la Universidad de Concepción, Ricardo Barra, afirmó que es positivo que se planifique esta acción. “Hay que hacer una distinción entre lo que es reforestar y replantar, porque restaurar es un objetivo mucho más ambicioso y eso va a requerir mucho tiempo”, explicó.

“También de los estudios técnicos y científicos porque lo que queremos es restaurar no solo lo que se quemó, sino que todo el ecosistema que una tarea ambiciosa y compleja. Pero en la región ya hay experiencia en estos procesos”, señaló Barra.

Mientras que la Sociedad Chilena de Ecología del Paisaje- Iale Chile oficializó acciones prioritarias para aplicar en la restauración del territorio, tras los incendios que se viven en el Biobío y en otras regiones del sur de Chile. Eso sí, la entidad plantea que Chile carece de un marco regulatorio integrado de ordenamiento territorial, que sea, detalla, lo suficientemente sólido para asegurar la sustentabilidad y resiliencia del paisaje. “En las áreas urbanas los instrumentos de planificación están definidos por la Ley General de Urbanismo y Construcciones. Sin embargo, en zonas rurales no existe una ley equivalente que regule y planifique los múltiples usos y funciones del territorio, lo que no sólo ha provocado la transformación y degradación de ecosistemas naturales, sino que también ha permitido que miles de personas hoy vivan en zonas de alto riesgo”.

Por eso es importante que los actores e instituciones del Estado sean activos en la recuperación de los espacios naturales. Hay un asunto identitario, sostenible y de equilibrio ambiental detrás de todo esto. Tarea importante en un Gobierno reconocido por las ideas verdes y el cuidado del agua.