Los verdaderos responsables de la catástrofe no asumen responsabilidad alguna, ya que en muy pocos casos se llega a condenas, debido a la falta de pruebas que corroboren la perpetración del delito.
Se habla de una intencionalidad de más del 60% de los incendios forestales en el Biobío. Una cifra alarmante, así como la cantidad de hectáreas consumidas, que superan las 190 mil, más toda la flora y fauna que las habitaba.
Otra vez, la autoría humana en un desastre ecológico toma protagonismo y en este caso, al focalizarnos solo en los animales, la cifra de afectación, de acuerdo a al Colegio Médico Veterinario llega a de mil 500 especies que han llegado a manos de sus representados para atención, solo en la Región.
“Hemos atendido en Santa Juana patos, gallinas, chivos, ovejas, cerdos, vacunos, gatos, perros y equinos. Además de fauna silvestre que se ha encontrado en el área y que han sido derivados al Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) como pudués, conejos y guiñas. Lamentablemente de estos 690 animales aproximadamente 10 han fallecido”, dijo a Diario Concepción, Evelyn Salas, secretaria del consejo regional del Colmevet.
Entre un mes y un mes y medio se estima el tiempo de recuperación de animales que sufrieron quemaduras leves, mientras que en los con quemaduras graves, que requieran pabellón, injertos y hospitalización, el tiempo para mejorarse podría extenderse hasta cuatro meses. Terapias que, según Salas, tienen un alto costo. No se cuantificó en el monto, pero se aseguró que son similares a los de un ser humano en recuperación.
Y, por supuesto, como casi siempre ocurre en este tipo de situaciones, los recursos de salud para la atención veterinaria escasean y el aporte de la comunidad se hace importante. Sin embargo, los verdaderos responsables de la catástrofe no asumen responsabilidad alguna, ya que en muy pocos casos se llega a condenas, debido a la falta de pruebas que corroboren la perpetración del delito. En segundo plano queda si las penas son altas o bajas -en este caso son elevadas-, la responsabilidad penal, al igual que los recursos para la recuperación de todo lo afectado, escasea.
Hemos sido testigos de vidas humanas perdidas, viviendas destruidas, campos y árboles incendiados y animales quemados. Un penoso escenario que por dos semanas alertó a todo Chile. Y volviendo a lo inicial, el balance de los inocentes afectados por el fuego, duele. Y duele, porque ante el fuego, por una irresponsabilidad de otro, no pudieron defenderse.