Construcción y autoconstrucción

11 de Febrero 2023 | Publicado por: Editorial Diario Concepción
Fotografía: Raphael Sierra

Hay dos aristas que están abordando la destrucción de los hogares. Una que corresponde a las propias víctimas-particulares, y otra que es por parte del Gobierno.

A ratos la imagen es muy parecida a la de las semanas posteriores al terremoto y tsunami de febrero de 2010.

Entorno destruído, escombros, un ambiente de tono amarillo y muchas dudas. Entre eso, aparecen los primeros tijerales, que avisan el inicio de los trabajos de reconstrucción de los propios afectados.

En el sector N° 4 del Cerro El Santo en Tomé, Lizandro Guajardo, comentó que con sus propios ahorros consiguió madera para comenzar a levantar su casa nuevamente. “Sólo quedó el radier, vamos a reconstruir la casa. Mucha gente nos ha ayudado, pero de autoridades nada aún”, señaló.

De forma voluntaria, Claudio Cisternas, pastor de la Iglesia Bíblica Evangélica Pentecostal, comenzó con un grupo de personas a reconstruir la casa de una familia oriunda de Santiago que no contaba con mayores redes de apoyo en Tomé.

“Ellos estaban muy desconsolados porque no tenían a su familia cerca y accedieron a que nosotros pudiésemos intervenir”, comentó Cisternas. “Nuestra meta es poder dejarlos con techo hoy, se viene el invierno y la verdad es que tienen la necesidad de quedar con un techo”, comentó el pastor. Las cifras oficiales, dan cuenta que hasta ahora hay más de 600 viviendas destruídas.

El ministro de Obras Públicas, Juan Carlos García, señaló que “a la fecha, según los informes de Senapred, tenemos 602 viviendas destruidas y 890 viviendas por evaluar su nivel de destrucción.  Tenemos 14 sistemas de Agua Potable Rural con afectación”.

Ahora, también se confirmó que a partir de la próxima semana comenzará la instalación de viviendas de emergencia que entregará el Estado. Al margen de la medida y considerando lo narrado al principio, acá hay dos aristas que están abordando la destrucción de los hogares.

Una que corresponde a las propias víctimas-particulares, y otra que es por parte del Gobierno. Esta última, obviamente, corresponde a un mandato propio del aparato republicano, el que debe llevarse a cabo con la mayor rigurosidad posible. La otra habla de la desesperación natural al ver el avance de los días, pero también habla de la capacidad de resiliencia de los habitantes de la Región del Biobío.