Todo esto debe estar en el medio de la reflexión pública. La salud mental debe ser uno de los temas principales a tratar en todos los espacios y círculos de conversación.
El Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) acaba de publicar un preocupante resultado: la Región del Biobío tiene el mayor porcentaje juvenil con síntomas depresivos, a nivel nacional. En rigor, de acuerdo a la Encuesta Nacional de la Juventud un 31,3% de los jóvenes de la Región presenta sintomatología, y donde el director nacional (s), Juan Pablo Duhalde, señaló que “los datos de nuestra décima Encuesta de Juventud, nos permiten dimensionar cuál es la complejidad de la sintomatología depresiva en las personas jóvenes y por eso el trabajo intersectorial es muy importante”. El ranking y porcentaje aparecen justo en el contexto anunciado hace mucho tiempo por los especialistas: el escenarios de los efectos pandémicos sobre la salud mental, por ello es que se hace mucho más importante poder analizar la situación y buscar una hoja de ruta o plan de trabajo al respecto.
Sergio Cabrera, psiquiatra, docente del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Universidad de Concepción, sostuvo que podría explicarse por varios factores: “esta es una de las regiones más pobladas y que muestra mayor cantidad de personas viviendo en grandes urbes, factor asociado a enfermedad mental, producto del estrés cotidiano de las grandes ciudades”.
El médico especialista mencionó medidas que las autoridades podría tomar como: más lugares de esparcimiento en comunas que no las tienen como Lota, mejorar el transporte público, más actividades lúdicas y el acceso a la Salud Mental. “Aquellas disminuyen el estrés cotidiano y aportarían en mejorar las cifras asociadas a la depresión en la Región”, detalló.
“Las medidas más efectivas para disminuir el suicidio son las de seguridad, que los adolescentes no tengan acceso a métodos de letalidad, como armas de fuego, que los medicamentos los manejen los adultos. Son medidas simples, pero que a veces no se llevan a cabo”, agregó.
Todo esto debe estar en el centro del debate y la reflexión pública. La salud mental debe ser uno de los temas principales a tratar en todos los espacios y círculos de conversación, desde el hogar hasta las instituciones públicas y privadas. Es que si bien la sociedad durante décadas ha avanzado en la edificación de grandes edificios, nuevas tecnologías digitales y tratados de comercio, se nos ha olvidado consolidar nuestra salud mental y disfrutar más el aquí y ahora.