El desafío hoy es mejorar el aspecto de la capital regional del Biobío. Si las hay, todos ganan. Se recuperan espacios, aumenta la seguridad y, probablemente, la clientela.
Este miércoles se presentó a la comunidad de Concepción el mural cuyo objetivo es el embellecimiento de los edificios públicos, que resultaron dañados durante el estallido social de 2019.A tres años de ese periodo y gracias a la labor de la Mesa Intersectorial de Recuperación de Espacio Públicos, coordinado por la Delegación Presidencial del Biobío y financiado por la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, se concretó la recuperación -a través de un colorido mural– de la fachada de la Tesorería General de la República y del Servicio de Impuestos Internos penquista.
Ubicado en avenida O’Higgins, entre Aníbal Pinto y Colo-Colo, su autor es Ernesto Guerrero. “Esto es parte del Plan de Recuperación de Espacios Públicos que hemos venido trabajando desde el inicio de nuestro Gobierno, y que es impulsado por la gran necesidad que tenemos de recobrar los distintos espacios de las ciudades que se vieron afectadas por el estallido social y devolvérselos a la ciudadanía (…) Queremos volver a llenar la ciudad de colores y arte”, dijo Daniela Dresdner, delegada presidencial del Biobío.
Un plan que se proyecta a tres años y que contempla también la fachada de la Octava Zona de Carabineros y el inmueble de la Delegación Presidencial, ubicado frente a la Plaza Independencia.
“Esto es el inicio, va a seguir sucediendo en la Región, seguiremos recuperando espacios y haciendo murales, porque creemos que la cultura transforma y nos hace mejores personas también. Los montos para ello se están trabajando, tenemos algunos comprometidos para enero, pero debemos aún recibir la bajada desde el ministerio para ver cómo haremos ese trabajo”, destacó la seremi de las Culturas, Orly Pradena.
A lo anterior, se suma el plan para recuperar Plaza Tribunales y la reciente remodelación de la misma Plaza Independencia. Todo con el objetivo de recuperar la normalidad en una de las ciudades más importantes del país, que sufrió las consecuencias de el 18-O y también de la lenta recuperación debido a la pandemia.
En este punto, y así como lo han planteado autoridades regionales y comunales, los locales comerciales, principalmente del centro penquista, deben seguir ese mismo ejemplo. Hasta ahora, varios conservan estructuras de metal, para tapar vitrinas, que en su momento sirvieron como protección.
Sin embargo, el desafío hoy es mejorar el aspecto de la capital regional del Biobío. Si las hay, todos ganan. Se recuperan espacios, aumenta la seguridad y, probablemente, la clientela.