Se requieren políticas claras, medidas concretas y un cambio cultural para avanzar en la prevención, detección temprana, resguardo y protección de las víctimas de violencia de género.
Este año, por tercera vez, se recuerda a decenas de mujeres que han perdido la vida a manos de sus parejas o exparejas, en tanto aún seguimos aguardando el día en que no haya más mujeres agredidas, violentadas, asesinadas.
Resulta escalofriante constatar que el año 2022 está terminando con 159 mujeres sobrevivientes a intentos de femicidio, y que más de 50 no corrieron la misma suerte. Cualquier agresión que termina con la vida de una mujer nos debe hacer pensar que el victimario no solo trunca todo lo vivido por la víctima hasta ese fatal momento, sino también todo aquello que ya no podrá vivir, así como toda la desolación que deja tras su partida. Como señala, en esta edición de Diario Concepción, la académica Alejandra Brito, “hoy se conmemora la tristeza de muchos niños huérfanos, de familias que perdieron a un ser querido”.
Tal vez, este sea el modo más apropiado de recordar a cada una de estas mujeres, de forma que seamos capaces de conmovernos y garantizar lo que nos corresponde como sociedad, enfrentando el problema de manera estructural, a fin de erradicar de modo definitivo la violencia contra las mujeres.
Todas las personas que creemos en la razón como modo de resolver conflictos, independientemente del rol que ostentemos dentro de la sociedad, debemos encontrar los mejores y más rápidos caminos para que el descuido, la desatención y el lamento den paso a la vida, la protección y la seguridad de las mujeres de nuestro país. Nos ayudaría a tomar mayor consciencia saber quiénes fueron las víctimas, qué espacios ocupaban, qué condiciones tenían, con qué redes de apoyo contaban, qué falló en los organismos que se ocupan de la seguridad de la ciudadanía.
Sin que se muestre al menos una tendencia diferente en Chile en los casos de femicidio, ya lo decíamos el año pasado en esta misma fecha, (todavía) se requieren políticas claras, medidas concretas y un cambio cultural para avanzar en la prevención, detección temprana, resguardo y protección de las víctimas de violencia de género.
Entre los avances para enfrentar esta problemática, destaca la reactivación de la discusión del proyecto de ley por el derecho de la mujer a una vida libre de violencia, proyecto que se encontraba detenido desde enero de 2021, y también que este año ha incorporado nuevas indicaciones para considerar a niñas, niños y adolescentes como víctimas de la violencia hacia sus madres. Sin embargo, se requiere avanzar con mayor rapidez y decisión para efectivamente decir con fuerzas #NoMás.