La seguridad pública es un tema recurrente y central de todas las sociedades. Un tema que es motivo de definición de elecciones o la continuidad en el cargo de la autoridad que corresponda.

En época de previa de las fiestas de fin de año esto toma más fuerza todavía. Es que la sociedad en su conjunto exigen a las instituciones garantías mínimas para el ritual de las compras propias de estas fechas. Ese paseo fluido y rápido por el gran retail y el comercio detallista. En este contexto, y en vista de los problemas reiterados en el centro de Concepción es que ahora la Municipalidad local anunció un llamativo mecanismo para el control de delitos puede observarse, junto a la cámara de televigilancia, en la tradicional esquina penquista de las calles Aníbal Pinto con Barros Arana. Se trata de uno de los nuevos altavoces disuasivos que serán instalados en 20 puntos del centro de Concepción, y que contribuirá con tecnología innovadora a la seguridad de la ciudadanía y el comercio en vísperas navideñas.

Según explicó el alcalde de Concepción, Álvaro Ortiz, el proyecto es impulsado por la Dirección de Seguridad Pública de la Municipalidad local. “Es un proyecto aprobado en 2020 por la Subsecretaria de Prevención del Delito y consiste en la instalación de 20 altavoces en diferentes puntos del centro de Concepción y que tienen 2 acciones, primero disuasivos y también de prevención”, sostuvo.

En concreto, estas bocinas complementarán el actual sistema de cámaras de televigilancia, sumando alertas sonoras al control mediante imágenes, ya que podrán reproducir a gran volumen mensajes preventivos, disuasivos y educativos que alertarán a viva voz sobre situaciones de peligro o delictivas.

De este modo, los mensajes emitidos serán guiados por el registro de las cámaras. “Por ejemplo, si se ve a una persona con la cartera abierta, se puede indicar. Eso es prevención. Y esa es una tarea que estamos realizando hace ya bastantes años en la Municipalidad”, aseguró Ortiz.

Una medida que algunos han catalogado como rara, bizarra o exagerada. Lo cierto es que a esta altura se entiende como una idea necesaria cuando las formas tradicionales de abordar la delincuencia no han resultado, y como siempre es en la innovación donde se depositan las nuevas expectativas.