En Chile, se ha transformado en una situación crítica de Salud Pública con una prevalencia del 10% de la población: hoy, uno de cada 10 chilenos y chilenas padece esta enfermedad.
En noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, fecha instaurada por la Federación Internacional de Diabetes (FID) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1991, como respuesta al alarmante aumento de los casos de diabetes en el mundo. En 2007, Naciones Unidas celebró por primera vez este día, tras la aprobación de la resolución en diciembre de 2006 del Día Mundial de la Diabetes.
Su propósito es dar a conocer las causas, los síntomas, el tratamiento y las complicaciones asociadas a la enfermedad, que en nuestro país también tiene una prevalencia cada vez mayor. Se ha transformado en una situación crítica de Salud Pública con una prevalencia del 10% de la población con diabetes; esto se traduce en que hoy uno de cada 10 chilenos y chilenas la padece.
Esta alta prevalencia está directamente asociada al incremento de los principales factores de riesgo de la enfermedad: el exceso de peso aumentó a 67%; el sedentarismo se mantiene en torno al 89%, según resultados de las últimas encuestas nacionales de salud. Además, la obesidad en los niños y niñas ha crecido rápidamente. Se estima que 1 de cada 4 niñ@s tienen obesidad, lo que aumenta en 7 veces su riesgo de tener diabetes.
Sin dudas indicadores preocupantes, y por ello es necesario tomar en consideración todo lo que se pueda hacer para evitarla. A nivel país, una herramienta fundamental que permite detectar personas con factores de riesgo o enfermedades como la diabetes en una etapa temprana y potencialmente reversible es el Examen de Medicina Preventiva, evaluación periódica de Salud, de carácter voluntario y gratuito, que forma parte de las prestaciones Auge-Ges para las personas beneficiarias de Fonasa e isapres.
Junto a ello, tener una dieta sana, con alimentos que aporten nutritivamente y evitar aquellos calóricos, como la llamada comida chatarra, permiten reducir los riesgos. Si bien con el paso del tiempo la posibilidad de padecerla va en aumento, lo cierto es que se pueden tomar algunas precauciones, medidas preventivas, que permiten minimizar su aparición.
Y más allá de las políticas públicas que puedan generarse, el autocuidado y la propia conciencia sin dudas son la mejor manera de crear la atención necesaria en torno a la enfermedad.