“Estamos comprometidos con la verdad y la justicia”, dijo el Presidente Boric. Esa debiera ser la postura transversal en torno a iniciativas que contribuyan a cerrar nuestras heridas.
En septiembre del próximo año se cumplirán 50 años de uno de los hechos más dolorosos de nuestra historia reciente: el golpe de Estado que derrocó al presidente Salvador Allende. El hecho marcó, además, el inicio de uno de las dictaduras más cruentas y crueles de la humanidad y que se extendió por 17 años.
Como es sabido, en los años que la dictadura cívico militar impuso su modelo autoritario, se violaron los Derechos Humanos de manera sistemática, registrándose 28 mil 279 prisioneros políticos y torturados, según la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, también conocida como comisión Valech; y 2298 ejecutados y 1209 detenidos desaparecidos, según la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación (o Informe Rettig). Lo anterior, sin considerar las más de 200 mil personas que fueron exiliados o expulsados del país, por sus ideas políticas.
Han pasado 49 años y, aunque han existido avances, las heridas aún no cierran, en particular para quienes aún desconocen el paradero de sus familiares. En este sentido, en su primera Cuenta Pública a país el Presidente, Gabriel Boric, anunció la implementación de una Plan Nacional de Búsqueda de Detenidos Desaparecidos, hecho que reiteró en septiembre pasado. “Estamos comprometidos con la verdad y la justicia”, dijo el Jefe de Estado en la oportunidad.
Por ello, durante el fin de semana, representantes de agrupaciones de familiares de detenidos desaparecidos de la Región, se reunieron para reflexionar, tener una postura común, realizar observaciones y consultas en torno al plan. Lo anterior, previo a un encuentro que sostendrán con la subsecretaria de Derechos Humanos Haydee Oberreurer, quien ha estado en actividades similares en distintas regiones del país.
“Nunca hemos perdido la esperanza de encontrar a nuestros familiares”, comentó Ester Araneda, representante de la Agrupación de Concepción. También sostuvo que si bien no es el primer plan de búsqueda que se implementa desde 1990 a la fecha, reconoció el compromiso del actual gobierno.
Efectivamente, no es la primera idea de este tipo, pero cualquier iniciativa que contribuya a cerrar completamente las heridas, no solo de familiares, sino también del país, debe ser apoyada.