En suma, como si fuera un “deja vu”, la historia vuelve a contarse igual de mal que el año anterior. ¿Qué hacemos incorrecto, como para buscar resolverlo y cambiar por fin la narración?
Historia conocida. Todos los años, entre octubre y noviembre, la tensión política se va de cabeza a la tramitación en el Congreso del Proyecto de Ley de Presupuesto y este año, con algunas excepciones vinculadas a otras contingencias, a medida que se acerque fines de noviembre, volverá a repetirse.
Discusiones que se enfocan en diversas partidas, dependiendo de los montos y los requerimientos que existen por cada cartera. Educación, Obras Públicas, Vivienda o Salud se codean entre los temas que generan mayor tensión a nivel nacional. Sin embargo, en regiones el debate es distinto -a lo menos en la Región del Biobío-, en que la discusión se centra en el presupuesto regional, el cual es parte de la mencionada iniciativa legal de erario fiscal, que se tramita en el Parlamento.
Para el próximo año, el Gobierno Regional solicitó a mediados de este año un monto de 131 mil millones de pesos. Sin embargo, a comienzos de octubre la Dipres definió solo 104 mil millones, cifra calificada como insuficiente por el Gore, actores políticos locales y parlamentarios. Hoy se buscan estrategias para lograr un aumento. Una de las acciones que se analiza es pedir a la Subdere cambios en el polinomio con el que se definen los recursos para las regiones.
Quien lidera esta idea desde el Parlamento es la diputada Distrito 21, Joanna Pérez (DC), quien explicó que “nos deben obras concretas para nuestras comunas y no se pude castigar a las regiones que hacen bien el trabajo, superando en casi al doble a las otras regiones en su indicador de eficiencia. Se necesitan más recursos en un Gore que es más eficiente en inversión”. El gobernador Rodrigo Díaz se mostró partidario de esta idea. “En los distintos parlamentarios hay un compromiso de apalancar más recursos a la zona”, explicó Díaz.
También, se baraja, entre parlamentarios, la idea de rechazar otras partidas del presupuesto para lograr un aumento a nivel local. Esto último también es historia conocida. Lo mismo se planteó en años anteriores, de parte de congresistas enojados por la desatención al Biobío, quienes también golpearon la mesa por la disminuida asignación de recursos. Finalmente, también episodio recurrente es que, ante todos los reclamos, no se genere ningún incremento cuando se aprueba el proyecto -a lo menos en lo asignado en la ley inicialmente, que es el monto con que comienzan los Gores cada año-.
En suma, como si fuera un “deja vu”, la historia vuelve a contarse igual de mal que el año anterior. ¿Qué hacemos incorrecto, como para buscar resolverlo y cambiar por fin la narración?