Cómo terminar definitivamente con la violencia en el fútbol chileno

17 de Octubre 2022 | Publicado por: Editorial Diario Concepción
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

Se sabe que, con suerte, las personas que van a los estadios con otras intenciones alcanzan un 1%. ¿Es justo que el otro 99% no pueda, por ejemplo, ir a ver jugar a su equipo de visitante, acudir con la familia por miedo a alguna agresión?

En las semanas recientes, varios incidentes de gravedad se han registrado en el fútbol chileno, tanto dentro como fuera de los estadios. Un hincha de O’Higgins muerto, una agresión a un jugador de Curicó porque no quiso regalar una camiseta, la suspensión del encuentro entre U. Católica y U. de Chile en Valparaíso, por una bomba de ruido que cayó cerca del meta azul, Martín Parra, son muestras del preocupante escenario que vive la actividad. Y lo peor de todo es que no parece haber voluntades reales para terminar de raíz con el problema.

Desde hace 11 años que rige el plan Estadio Seguro, una estrategia que prometía cambiar radicalmente cómo se organiza un espectáculo deportivo, dando más garantías a todos los involucrados, en especial al público. La premisa era que la familia pudiera volver al fútbol con tranquilidad y mayor seguridad. Sin embargo, eso no se ha cumplido. Es más, hoy en día las únicas determinaciones que se ven a través de este organismo son disminución de aforos, suspensión de encuentros u otras similares. Junto con los demás entes involucrados, como las delegaciones presidenciales, tienen su foco puesto en esos aspectos, que son circunstanciales y llenan de mayor burocracia la realización de un espectáculo, cuando los esfuerzos deberían estar puestos en el fondo del problema.

Es necesario llegar a los grupos organizados que existen en casi todos los equipos, sus barras, donde hay personas que se hacen pasar por simpatizantes para causar daño. No es posible que, de acuerdo a las disposiciones vigentes, alguien que comete un acto delictual en el estadio pueda regresar a un recinto después de un tiempo de sanción. Se deben tomar medidas más duras, pues es la única manera que quienes hagan desmanes paguen como corresponde.

Se sabe que, con suerte, esas personas que van a los recintos con otras intenciones alcanzan un 1%. ¿Es justo que el otro 99% no pueda, por ejemplo, ir a ver jugar a su equipo de visitante, acudir con la familia por miedo a alguna agresión? ¿Es justo que se bajen aforos o se suspendan partidos a cada rato, cuando mucha gente, de regiones sobre todo, se planifica y pierde tiempo y dinero que nadie le devuelve? Es hora de tomar medidas, pero de verdad, cambiar el sistema de forma profunda. Sino, se seguirán lamentando tragedias.