Editorial

Automatización de servicios en el Biobío

Será el Estado y el sector privado quienes deben liderar esta transición para que la tecnología quede en su calidad de herramienta al servicio de la sociedad y no de manera contraria.

Por: Editorial Diario Concepción 11 de Octubre 2022
Fotografía: Archivo | Diario Concepción

En algún momento de nuestra historia las imágenes de aparatos electrónicos con apariencia humana recaían solo en las obras futuristas del cine, la televisión y los libros. Pero no era solo una cuestión de apariencia, sino, que a eso se sumaban otras cualidades o características extraídas de la naturaleza humana como la forma de desplazamiento o labores encomendadas por la sociedad.

Esos días de admiración lejana han terminado hace bastante tiempo, con la integración en cadena y masiva de la automatización en las empresas que repercute desde la elaboración de productos, hasta la entrega de servicios a la sociedad.

Esto último, la automatización, claramente es una realidad palpable y que no extraño al momento de exponer su existencia. Sin embargo es la otra arista, aquella de la robotización representada en máquinas de aspecto humanoide, la que todavía suena para la mayoría como un presente ambiguo.

Para resumir las dos ideas complementarias: El Dr. Julio Godoy, profesor asociado del Departamento de Ingeniería Informática y Ciencias de la Computación de la Universidad de Concepción, planteó que los sectores económicos regionales con mayor potencial para el desarrollo de la robótica son el manufacturero, y el de procesamiento de alimentos en general. Además, “(en) el área de la acuicultura ( principalmente de la zona sur) hay desarrollo local de tecnología robótica”.

El profesor de la UdeC explicó que el desarrollo de la robótica se basa en tareas repetitivas y de baja complejidad, como la revisión de comidas o de piezas metálicas. Según el experto de la UdeC, otros ámbitos de acción de la robótica es posible observarlas en el área metalmecánica, biomédica, forestal y minería ligados a la sensorización y la automatización.

Al repasar todo esto surgen muchas preguntas ligadas a cómo será el trabajo del futuro, o hasta qué punto el avance en este tipo de innovaciones se presentará como un peligro para la fuerza laboral.

Lo claro es que este tipo de proyectos sigue avanzando y todo apunta a que su desarrollo ya no tiene frenos mientras configura un nuevo modelo del trabajo.

Será el Estado y el sector privado quienes deben liderar esta transición para que la tecnología quede en su calidad de herramienta al servicio de la sociedad y no de manera contraria.

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