Construcción de viviendas en terrenos de las FF.AA. y EFE

Al menos, hay que dar espacio a la evaluación, bien vale la pena si es para ir en ayuda de familias vulnerables que requieren, como mínimo, una vida digna.

Suena de interés la noticia que el Ministerio de Vivienda analiza terrenos de la Empresa de Ferrocarriles del Estado y de las Fuerzas Armadas para la construcción de viviendas sociales.

Lo anterior, dado el catastro que realiza el Ministerio de Bienes Nacionales de propiedades fiscales, del cual se obtendrá información certera acerca de los usos que se les está otorgando a los inmuebles.

“No es que falten terrenos, el problema es el precio, por eso es que es muy importante partir por lo público y, a su vez, ser muy selectivo, muy riguroso en la compra”, señaló el ministro de Vivienda, Carlos Montes, que aclaró que la opción de adquirir terrenos privados también existe.

Una de las metas de la administración del presidente Gabriel Boric es lograr bajar en un tercio el déficit de viviendas que se alza por sobre los 600 mil hogares en el país, una realidad compleja que con la pandemia se acrecentó. De ahí la necesidad de buscar alternativas para el Plan de Emergencia Habitacional que impulsa el Estado.

Este argumento tiene sincronía con la lógica de contar con terrenos que, si bien son propiedad del Fisco, hoy están en manos de distintos servicios e instituciones públicas, de ahí la apuesta por incorporar miles de metros cuadrados que estarían en condiciones de ser usados. Es allí donde Montes fue claro en plantear que las FF.AA. y la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) cuentan con terrenos que deberían ser incorporados a este plan.

En el caso de las Fuerzas Armadas existe una mesa formada entre cuatro ministerios para revisar la situación. Mientras, desde EFE aún no hay un pronunciamiento oficial frente al requerimiento estatal.

Para nadie es desconocido el impacto económico de la pandemia que, entre otros efectos, elevó la cifra de familias en campamentos en todo Chile y también en la Región del Biobío. Bajo ese prisma, tampoco debería ser sorpresa que el Gobierno, bajo una emergencia de esta clase, adopte este tipo de directrices, sobre todo con terrenos que bien podrían estar en desuso o destinados a fines distintos a los que pretenden las instituciones estatales a las que fueron asignados. Entonces, al menos, hay que dar espacio a la evaluación, bien vale la pena si es en ayuda de familias vulnerables que requieren, como mínimo, una vida digna.