Es clave saber cuánto y cómo recauda el Estado y en qué se invierten los recursos públicos. La evidencia parece indicar que las políticas fiscales son positivas en el sentido de entregar mejores condiciones a las poblaciones de menores ingresos.
Un nuevo informe de la Fundación Ciudadanía Inteligente muestra que América Latina y Caribe forman la región más desigual del planeta en la distribución de ingresos. Según los datos del estudio, el 10% más rico acumula el 68% de la riqueza, mientras que el 50% más pobre accede solamente al 3,5% de la riqueza total de la región.
Los datos están disponibles (https://dataigualdad.com) y revelan cómo impactan las políticas fiscales, la evasión de impuestos, la diferencia entre el salario medio de un hombre y el de una mujer, entre otras variables, en las vidas de los habitantes de América Latina y Caribe. La plataforma permite explorar diferentes cifras y comparativas relacionadas a la equidad en los países de la región.
Para Chile, el estudio reveló que las personas más ricas sólo pagan el 6% de impuestos sobre la renta, “debiendo pagar el 35%”. A su vez, el informe detalla que el 57% de los ingresos tributarios provienen de impuestos indirectos.
Estos impuestos al consumo no diferencian suficientemente entre las personas más ricas o más pobres y por lo tanto pueden profundizar la desigualdad. Es lo que los economistas llaman de “impuesto regresivo”, es decir, una situación que ocurre cuando a mayor ganancia o mayor renta, menor el porcentaje de impuestos que debe pagarse sobre el total de la base imponible.
La pandemia y sus impactos en la economía, la desaceleración económica, la reducción de los ingresos de los hogares y el aumento del número de personas en situación de pobreza hacen prioritario frenar la acumulación de ingresos que refuerza y profundiza la desigualdad. Para ello es clave la política fiscal: cuánto y cómo recauda el Estado y en qué se invierten los recursos públicos recaudados.
La evidencia parece indicar que las políticas fiscales implementadas en la mayoría de los países latinoamericanos en los últimos años fueron positivas en el sentido de entregar mejores condiciones a las poblaciones de menores ingresos. Es una materia permanente de los gobiernos, puesto que construye en una de las principales herramientas para enfrentar la desigualdad extrema y garantizar mayor equidad a la ciudadanía.