Editorial

Vencer la pandemia y los efectos de la crisis sanitaria

A fines de 2021 el panorama que preocupa es la demasiada actividad impulsada por el consumo. Lo único seguro es la necesidad de vencer la pandemia y superar los impactos económicos de la crisis sanitaria.

Por: Editorial Diario Concepción 08 de Diciembre 2021
Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

En noviembre el costo de vida — medido por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) — registró una variación anual de 6,7%, es decir, 7 décimas superior a la del mes anterior. La variación mensual del IPC (Índice de Precios al Consumo) ha sido del 0,5%, de forma que la inflación acumulada en lo que va del año es del 6,3%. En ese resultado tuvo gran impacto la subida de 2,7% en los precios de Vestido y Calzado, en contraste con el descenso de 0,5% en los precios de Bebidas Alcohólicas y Tabaco.

EL IPC es un indicador económico que mide mes a mes la variación de los precios de una canasta de bienes y servicios representativa del consumo de los hogares urbanos dentro de las fronteras del país. Es lo que tradicionalmente bautizamos de inflación, es decir, es la medición de la pérdida de valor del peso frente ante los costos variables de bienes y servicios. En 12 meses la inflación acumulada es la mayor desde 2008, cuando el país pasaba por los efectos de la crisis subprime iniciada en Estados Unidos. En 2021 se atribuye la inflación a los impactos de la crisis sanitaria, lo que incluye escasez, problemas de logística, desabastecimiento y mayor liquidez por las ayudas estatales y los retiros de los ahorros previsionales.

Una inflación alta afecta a todos de forma indiscriminada, pero tiene un mayor impacto en las familias de menores ingresos. Presión de los precios al alza, como una derivada inicial de mayor demanda, impacta con fuerza en los productos y servicios básicos. También tiene efectos en los gastos asociados a las deudas en UF, como los créditos hipotecarios.

El 2020 estuvo marcado por una realidad distinta. El gran temor era la desaceleración de la producción y de la demanda interna, que podría llevar a una caída recesiva de la actividad económica. A fines de 2021 el panorama que preocupa es la demasiada actividad impulsada por el consumo. De la necesidad de inyección de estímulos fiscales y monetarios, la realidad de hoy podría llevar al banco Central a un nuevo incremento de las tasas de interés. Y otra vez afectaría a la clase media que busca comprar un vivienda, entre otros efectos. Un circulo vicioso cuya solución no es sencilla. Lo único seguro es la necesidad de vencer la pandemia y superar los impactos económicos de la crisis sanitaria.

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