De acuerdo al segundo estudio nacional de la discapacidad , un 20% de la población adulta chilena tiene algún tipo de discapacidad, y sólo un 42,8% participa del mercado laboral.
E l pasado 3 de diciembre se conmemoró el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. La reciente Teletón, que nuevamente consiguió pasar su meta y recaudó más de $35 mil millones de pesos, siempre pone aún más en evidencia un tema sobre el que aun resta mucho por trabajar a nivel mundial y específicamente en nuestro país.
Desde las Naciones Unidas, se manifiesta que la inclusión de la discapacidad es condición esencial para el respeto a los derechos humanos, el desarrollo sostenible, la paz y la seguridad. También es una cuestión clave para cumplir con la promesa de “no dejar a nadie atrás” de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En ese sentido, la crisis provocada por la pandemia ha agravado las desigualdades existentes y ha puesto de manifiesto el grado de exclusión y la necesidad imperiosa de incluir a las personas con discapacidad, que son cerca de mil millones en el mundo.
A nivel nacional, el segundo estudio nacional de la discapacidad, desarrollado por el Ministerio de Desarrollo Social y el Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis), entrega datos concluyentes. En Chile hay un total de 2.836.818 personas con discapacidad, y de ellas 2.606.914 son adultas, lo que representa un 20% de la población chilena en este segmento etario.
Del total de personas con discapacidad, 1.523.949 (11.7%) tiene discapacidad leve a moderada y 1.082.965 (8.3%) tiene discapacidad severa. El 40,4% se encuentra en situación de dependencia, y el 41,2% cuenta con la asistencia de otras personas para la realización de actividades básicas e instrumentales de la vida diaria.
Además, sólo el 42,8% participa en el mercado laboral buscando empleo o trabajando, y desde que comenzó a regir la Ley de Inclusión Laboral en abril de 2018, a febrero de 2021 se registraron sólo 26.475 personas con discapacidad contratadas, es decir, 1,01% del total en edad de trabajar. El 57,2% está inactivo, y el 39,3% tiene empleo, de los cuales, el 73,9% cuenta con contrato a plazo indefinido, mientras que el 26,1% tiene a plazo fijo.
Más allá de los números, que entregan un diagnóstico preocupante, lo cierto es que la verdadera inclusión también debe lograrse desde todos los sectores de la sociedad, permitiendo siempre que las personas que tienen algún tipo de discapacidad sientan que sus derechos son considerados como los de cualquier ciudadano.