La importancia del cambio climático y el cuidado del planeta

A nivel nacional, más allá de las normativas y acuerdos sobre el cambio climático, lo más importante es crear una conciencia colectiva sobre la relevancia de este tema.

Hasta el domingo 12 de noviembre, es Escocia, se llevará a cabo la Cop26, conferencia número 26 de las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. En 1992, la ONU organizó un gran evento en Río de Janeiro, bajo el nombre de la Cumbre de la Tierra, en el que se adoptó la Convención mencionada.

Este año se debería haber celebrado la cumbre anual número 27, pero por el Covid-19, el año pasado no se pudo convocar; de ahí que este año celebremos la 26ª conferencia, la Cop26. Entre otras cuestiones, en esta ocasión los delegados tienen como objetivo finalizar el “reglamento de París”, o las normas necesarias para aplicar el acuerdo. Esta vez tendrán que acordar unos plazos comunes sobre la frecuencia de revisión y el seguimiento de sus compromisos climáticos.

En ese sentido, el mundo se precipita hacia un peligroso aumento de la temperatura global de al menos 2,7°C en este siglo. Ello podría suponer, entre otras cosas, un incremento del 62% de zonas calcinadas debido a incendios forestales en el hemisferio norte durante el verano, la pérdida del hábitat de un tercio de los mamíferos del mundo y períodos de sequías más frecuentes, de entre cuatro y diez meses.

A nivel nacional, la Estrategia Climática de Largo Plazo (Eclp) es el instrumento que define los lineamientos generales de largo plazo que seguirá el país considerando un horizonte a 30 años para hacer frente a los desafíos que presenta el cambio climático; transitar hacia un desarrollo bajo en emisiones de gases de efecto invernadero, hasta alcanzar y mantener la neutralidad de emisiones de los mismos; reducir la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia a los efectos adversos del cambio climático; y, dar cumplimiento a los compromisos internacionales asumidos por el Estado en la materia.

Entre sus contenidos más relevantes se destacan la definición de un presupuesto nacional de emisiones de gases de efecto invernadero al año 2030 y 2050, de las metas sectoriales de mitigación y de los indicadores y metas de adaptación tal como establece el proyecto de ley, los que deben cumplirse en un plazo de 10 años.

Más allá de normativas y leyes, lo cierto es que también es necesario crear una conciencia colectiva, ciudadana y transversal al respecto, algo en lo que, sin dudas, queda mucho camino por recorrer.