Días antes del 18 de octubre de 2019, un grupo de estudiantes secundarios saltaron los torniquetes de las estaciones de El Metro, en Santiago, en protesta por el alza en el precio del pasaje en $30. Entonces, se conocieron impactantes imágenes de grupos de ciudadanos intentando botar las rejas de ingreso a los andenes, luego que la empresa decidiera cerrar las estaciones. Ello, mientras el televisión se repetían los dichos del ex director del Metro, Clemente Pérez: “cabros, esto no prendió, no se ganaron el apoyo de la población”. Pasaron unos pocos días para que se iniciara lo que hoy se conoce como el estallido social.
Las manifestaciones, entonces, se trasladaron a regiones. Concepción y sus alrededores no estuvieron ajenos, y la molestia ya no era por $30, sino “por 30 años”, un frase que se repitió con insistencia en las masivas marchas que se sucedieron. Ahí se apuntaba a la Constitución de Pinochet, a las AFP, a la salud y educación a la que acceden unos pocos, a los abusos empresariales, a los actos discriminatorias contras las minorías, entre otros temas.
Debieron pasar cuatro días para que el Presidente, Sebastián Piñera, casi como obviando lo que ocurría en las calles, anunciara la decisión de no subir los precios del boleto del tren urbano capitalino. Ya era demasiado tarde. La población había salido a manifestarse por una serie de situaciones consideradas injustas, como si se tratara de una olla a presión hirviendo, como metafóricamente explicaban sociólogos y analistas políticos.
Las marchas contra del Presidente, que incluso alguna vez “agradeció”, dieron paso a la violencia y a frases del tipo “no lo vimos venir” de la clase política, la misma que vio en el cambio constitucional una salida. Y el acuerdo lo firmaron todos, al menos, los que fueron parte de la negociación. Incluyendo, algunos con rostros de resignación. Luego, vino el plebiscito de 2020, la gente celebrando en las calles, el triunfo de los independientes en la megaelección de mayo de este año, y la pandemia, que además trajo una crisis económica y el retiro de los fondos previsionales, otros sistema fuertemente criticado en las calles.
Hoy se cumplen dos años desde que se inició el estallido social, un día para reflexionar en torno a los que se ha hecho y lo que no, desde ese octubre de 2019. ¿Ha cambiado realmente Chile? ¿Qué tan positivos han sido esos cambios? Este breve resumen espera contribuir a ello.