Los indicadores globales revelan que Chile tiene una muy buena posición en materia de innovación, cuando se compara con los países de América Latina y Caribe. Si la comparación considera países con mayores niveles de ingresos y desarrollo, el panorama cambia.
Chile es la economía más innovadora de América Latina y Caribe, según el último Índice Mundial de Innovación elaborado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (Ompi). La noticia no ha sido muy destacada, probablemente porque los resultados fueron divulgados a mediados de septiembre, cuando el país celebraba sus Fiestas Patrias.
Para elaborar esta clasificación, que evalúa a 132 países, la Ompi considera factores como la institucionalidad, el capital humano e investigación, infraestructura, creación de conocimiento, desarrollo empresarial y de los mercados, entre otras variables. Chile ocupa el puesto número 53, del total de 132. El primer y segundo puestos del listado son ocupados por Suiza y Estados Unidos, mientras que Chile encabeza la lista regional, seguido de México, Costa Rica y Brasil. Chile alzó un puesto, en comparación con los resultados de 2020, debido a la fortaleza de sus instituciones y calidad en materias regulatorias.
Sin embargo, otro informe no deja al país tan bien posicionado. Un estudio elaborado por el IMD de Suiza y la Universidad de Chile sobre Competitividad Global dejó a Chile en el lugar 44 de 64, el más bajo en su historia. El indicador mide desempeño económico, eficiencia gobierno, eficiencia para los negocios e infraestructura. A su vez, en el ranking del Foro Económico Mundial publicado en diciembre de 2020 Chile ocupa el lugar 32 (de 37 naciones evaluadas) en Inversión e incentivos a I+D.
En simples, los indicadores globales indican que Chile tiene una muy buena posición en materia de innovación, cuando se compara con los países de América Latina y Caribe. Sin embargo, si la comparación considera países con mayores niveles de ingresos y desarrollo, el panorama cambia, pero sí se mantiene en materia regulatoria y ambiente para creación de empresas y nuevos negocios. Además, estos informes advierten la necesidad de poner prioridad a las políticas de I+D+i. No es un dato nuevo que los países que invierten un mayor porcentaje de su PIB en Investigación y Desarrollo e Innovación potencian su matriz industrial, de productos y servicios que pasan a incorporar valor agregado. No hay novedad, sin embargo, al parecer los informes insisten en recordarnos con insistencia.