Estar pendiente del teléfono celular es una de las principales causas de accidentes de tránsito en todo el mundo. Los estudios realizados en todos los continentes indican que entre un 30 a 40 por ciento (dependiendo del país) de los accidentes automovilísticos se debe al uso del teléfono mientras se conduce. El impacto de manejar con la atención puesta en el móvil es tan grande que se estima que usar el celular aumenta entre cuatro y nueve veces el riesgo de sufrir un accidente. En buen castellano, no sólo es peligroso; puede ser letal.

Las estadísticas confirman que uno de cada tres accidentes de tránsito se produce porque, mientras conduce, el chofer envía mensajes, fotos o contesta una llamada. Usar las redes sociales tras el volante es tan peligroso como conducir en estado de ebriedad. Tanto que un estudio de investigadores españoles y australianos — publicado por la revista Traffic Injury — reveló que tener una conversación telefónica o enviar un mensaje de texto reduce el grado de atención en el tránsito como si el chofer superara la tasa de alcoholemia permitida en Chile, que es de 0,3 gramos por litro de alcohol en la sangre. El resultado es que el riesgo de sufrir un accidente aumenta de manera absolutamente peligrosa, no solo para quien maneja, sino que para todo lo que exista en su entorno.

En Chile durante el año 2020 se registraron 64.707 siniestros de tránsito y 1.485 personas perdieron la vida. Si se aplica el mínimo de 30% al total de siniestros, se concluye que casi 20 mil accidentes tuvieron como causa principal el uso del teléfono mientras se conducía. El móvil, una buena herramienta de uso diario que se ha puesto imprescindible, puede ser transformada en un distractor letal.

Ese es el principal problema: su efecto distractor, que puede ser visual (desviar la vista del camino para revisar la pantalla), cognitiva (al concentrarse en escribir o en una conversación al teléfono, en lugar de la conducción), física (cuando se deja de usar una o ambas manos para conducir) o auditivas (no percibe los sonidos del tránsito, como ambulancia, bocinas, etc.). Y, además, incrementa el tiempo de respuesta al manejar. Se ha dicho reiteradamente que el mejor consejo al volante es olvidarse del móvil. Es una recomendación que es necesario recordar en forma permanente, a través de distintos medios y formas, incluso por medio de políticas públicas.