Editorial

¿Votar es un derecho o un deber? Debería ser ambos

Los datos muestran que la participación en los países con voto obligatorio es 7% superior a los países con sufragio voluntario. La obligatoriedad no cambia en forma categórica el panorama, pero influye en un alza de ciudadanos que concurren a las urnas.

Por: Editorial Diario Concepción 23 de Julio 2021
Fotografía: Archivo

La pregunta que todos se hacen en medio del debate sobre la restitución del voto obligatorio: ¿favorecerá al sistema político, a los partidos, a la democracia? El regreso al sufragio forzoso, ¿podrá recuperar la caída sistemática en la participación del electorado? Probablemente, la respuesta no sea un simple “sí” o “no”, sino que requiere matices.

En números absolutos, lo más seguro es que el voto obligatorio aumente la cantidad de votantes. Los datos muestran que la participación en los países con voto obligatorio es 7% superior a las naciones con sufragio voluntario. Es decir, la obligatoriedad no cambia en forma categórica el panorama, pero influye en un alza de ciudadanos que concurren a las urnas.

¿Qué dicen los números en Chile? En 1989, con la recuperación de la democracia, votó el 86,29% del padrón electoral. Veinte años después, votó el 59,14% del padrón. Una reducción de más de un 20% en dos décadas.

A partir del voto voluntario, el porcentaje de participación ha ido a la baja, aunque el número total de votantes se haya mantenido alrededor de 7 millones. La inscripción automática hizo aumentar la fracción de la población que estaba inscrita, que pasó de cerca del 70% en 2008 a 100% en 2012. Un estudio del Centro de Estudios Públicos detalla que en tiempos de inscripción voluntaria y voto obligatorio, la “participación electoral fluctuaba entre 98% (en el Plebiscito de 1988) y 87% (en las elecciones presidenciales y parlamentarias de 2009), y luego de la reforma cayó a 40% en las elecciones municipales de 2012 y a 49% en la primera vuelta de las elecciones presidenciales y parlamentarias del 2013 (en la segunda vuelta, la participación electoral fue de 42%). En simples, aumentó el padrón electoral, pero el número de votantes se mantuvo estable. Desde 2013 la tendencia revela un mayor desinterés en acudir a las urnas, salvo excepciones como el Plebiscito de 2020 y las primarias de 2021, aunque expresan cifras inferiores a los tiempos del voto obligatorio.

Recuperar el interés del electorado a través del voto obligatorio es una apuesta que hoy se analiza en el Senado. Entre los legisladores está la gran duda: ¿alguien decepcionado con la política tradicional premiará a quien no lo representa y que además lo obliga a votar? En otros términos, ¿la ciudadanía percibe el voto como un derecho o un deber?

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