El carbón es la segunda fuente de energía más utilizada en el mundo, después del petróleo, pese a los comprobados y negativos efectos a la salud de las personas y al medio ambiente. En Chile la aprobación del proyecto que ahora está en manos de los senadores cambia ese panorama con la fuerza de la ley.
La Cámara de Diputadas y Diputados aprobó y despachó al Senado un proyecto de ley que prohíbe el funcionamiento de centrales de generación termoeléctrica a base de carbón a partir del 31 de diciembre de 2025. Es decir, el texto legal pone fecha para terminar con las llamadas “zonas de sacrificio” en lo relacionado al uso de ese combustible fósil para la generación de energía eléctrica. La ley tendrá impacto en la cercana Coronel, como también en Quintero-Puchuncaví, Huasco, Mejillones y Tocopilla, territorios con alta concentración de industrias contaminantes. En estas localidades, la contaminación del aire supera las normas, razón por la cual fueron declaradas “zonas saturadas de contaminantes atmosféricos” y sometidas a planes de descontaminación.
De hecho, se hace necesaria una regulación en esa materia, dado que el plan de descarbonización en Chile no fija plazos categóricos y actualmente existen 14 centrales que no tienen fecha de cierre de operaciones. Algunas centrales anunciaron el cierre y entre ellas están las menos eficientes, de mayor costo de producción de energía, y con baja operatividad. Su retirada de la matriz nacional tiene bajo impacto en términos de reducción de carbono. Es decir, lo que existe actualmente es un acuerdo voluntario de desconexión suscrito entre las generadoras y el Estado, no una ley que obligue al cierre de estas termoeléctricas.
Hay otro factor de incentivo al cierre de las centrales a carbón: la caída de los costos para la generación de energía a través de matrices renovables. Según la Agencia Internacional de las Energías Renovables (Irena), la energía solar de concentración (CSP) cayó un 16% en 2020, la eólica terrestre un 13%, la eólica marina un 9% y la solar fotovoltaica un 7%. El director general de Irena, Francesco La Camera, fue enfático en afirmar que “hoy en día las energías renovables son la fuente de energía más barata”.
El carbón es la segunda fuente de energía más utilizada en el mundo, después del petróleo, pese a los comprobados y negativos efectos a la salud de las personas y al medio ambiente. En Chile la aprobación del proyecto que ahora está en manos de los senadores cambia ese panorama con la fuerza de la ley.