Si bien hay un significativo y creciente interés por el reciclaje y la reutilización, quedan grandes desafíos por delante. Comprender la interacción entre nuestra especie y los ecosistemas es vital para el planeta y para todos los seres que viven en él.
No hay duda de que existe un creciente interés en reducir, reutilizar y reciclar. Por lo mismo, la ciudadanía alza la voz para solicitar más puntos limpios en las ciudades, mejores políticas públicas y mayor conciencia ambiental.
De hecho, en pandemia fue posible observar cómo la acción humana impacta al medio ambiente. Con las restricciones de movilidad — por ende, de consumo — hubo menor emisión de contaminantes, de residuos y desechos. Cielos despejados en ciudades tradicionalmente grises, canales y ríos con aguas transparentes. Sin embargo, como efecto secundario de las mismas acciones humanas, hay problemas ambientales en medio a la pandemia. Millones de mascarillas, pantallas acrílicas, lentes, guantes y otros elementos de protección personal son fabricados sin la utilización de materiales biodegradables. En la capital del país hay gran preocupación por la inmensa cantidad de mascarillas y toallas húmedas que son lanzadas a la red de alcantarillado.
Tan grave es el problema de la contaminación que pude ser considerada otra pandemia dentro de la pandemia. Ha comenzado hace más de un siglo y va en aumento. Los estudios indican que en las ciudades se genera el equivalente a 0,74 kg de basura por persona al día, en promedio. Chile es el mayor generador de basura per cápita en Sudamérica con 1,15 kilos por persona al día. En total, más de 7,5 millones de toneladas anuales de residuos son depositados en vertederos o rellenos sanitarios y sólo se recicla un 1,5%.
Es decir, si bien hay un significativo y creciente interés por el reciclaje y la reutilización, quedan grandes desafíos por delante. Por ejemplo, la inexistencia de una normativa de reciclaje o separación de la basura domiciliaria en Chile. No está masificada la clasificación y menos la disposición de los residuos en forma separada, salvo los desechos que la población deposita en los centros de colecta, puntos limpios y otros. Tampoco está vigente en Chile la recolección selectiva de la basura residencial, de modo de separar sólidos de orgánicos en su destino final, ni una gestión integrada como política de Estado. Comprender la interacción entre nuestra especie y los ecosistemas es vital para el planeta y para todos los seres que viven en él.